Durante el verano los insectos y reptiles cobran vida en las montañas y las playas se llenan de bañistas, lo que incrementa el número de picaduras que son atendidas en las consultas.
Las abejas (Apis mellifera) y las avispas (sobre todo los géneros Vespula y Polistes spp.) son himenópteros que con sus picaduras originan dolor, eritema y edema local. Si éstas son múltiples pueden darse efectos generales, pero la dosis letal (variable según el peso del afectado) correspondería al inyectado por más de 900 picaduras.