Se considera una situación de hipercalcemia cuando, después de ser corregido según las proteínas circulantes, el Ca sérico total es superior a 10,5 mg/dL; además, debe ser observado en dos o más ocasiones. La causa más frecuente de hipercalcemia es el hiperparatiroidismo primario (80-85%) y suele ser un hallazgo casual porque en la mitad de los casos son asintomáticas. Le siguen las neoplasias (10%) y las hipercalcemias secundarias al consumo de fármacos (tiazidas, litio). Más lejos se encuentran la hipercalcemia hipocalciúrica familiar, las enfermedades granulomatosas y la inmovilización.
Valores inferiores a 11,2 mg /dL no suelen dar síntomas o son inespecíficos (astenia, fatiga muscular...). Valores superiores (11,5-12 mg/dL) pueden cursar con anorexia, náuseas, vómitos, estreñimiento, cefalea, depresión, ansiedad, fatiga muscular, poliuria, polidipsia, nefrolitiasis y nefrocalcinosis. Se asocia también mayor frecuencia de hipertensión arterial, arritmias ventriculares, úlcera péptica y pancreatitis. Si los valores de calcemia son superiores a 13 mg/dL, puede aparecer calcificación renal, dérmica, vascular, en pulmones, corazón y en el estómago. Valores mayores de 15 mg/dL deben ser considerados como una urgencia médica por la posibilidad de desencadenar coma y acortamiento del QT con disfunción cardiovascular y fracaso renal agudo.
En la práctica clínica, tras los resultados hay que excluir un error de laboratorio (determinarlo varias veces excepto cuando se acompaña de sintomatología clara o los valores sean muy elevados) y ajustar las cifras a las proteínas plasmáticas (calcio corregido). Tras el hallazgo se debe realizar una cuidadosa historia clínica que incluirá ingestión de fármacos como la vitamina D y/o A, diuréticos tiacídicos, litio, estrógenos y antiestrógenos. Se debe considerar un posible síndrome calcio-alcalinos y la concomitancia de una inmovilización prolongada, de nutrición parenteral, insuficiencia renal aguda o crónica y de una posible asociación a sintomatología tumoral.
De forma simultánea a la repetición de la determinación de Ca se debe solicitar también concentraciones de fósforo, magnesio en sangre y orina, gasometría venosa, ionograma y creatinina en sangre y orina, sedimento de orina, concentraciones de cloro, fosfatasa ácida y alcalina, valores plasmáticos de PTH, AMP cíclico e hidroxiprolina en orina, así como un electrocardiograma, una Rx de tórax, de abdomen y de ambas manos.
El hiperparatiroidismo primario asocia un aumento de PTH, así como valores bajos de fósforo sérico (que reflejan una disminución de la reabsorción tubular de fosfatos mediada por la PTH), bicarbonaturia y acidosis metabólica hiperclorémica. El grado de hipercalcemia será fundamental para determinar la necesidad de un tratamiento inmediato. Si la concentración de Ca sérico es mayor de 15 mg/dL, el tratamiento es urgente y hospitalario independientemente de los síntomas. En el caso de hipercalcemia menor crónica secundaria a hiperparatiroidismo, la derivación será preferente, pues el tratamiento se basa en corregir la enfermedad de base.
Conclusiones
- La hipercalcemia es un hallazgo frecuente que no debe ser obviado, sino confirmado en dos o más ocasiones.
- Las cifras se deben ajustar a la proteinemia. Para calcular la calcemia en función de las proteínas totales (calcio corregido) se puede utilizar la siguiente fórmula: Calcio medido – (proteínas totales 3 0,67) + 4,87
- Ante una hipercalcemia confirmada se debe intentar siempre un diagnóstico etiológico.
- La causa más frecuente de hipercalcemia en el paciente ambulatorio es el hiperparatiroidismo primario. Si la PTH es normal se deben descartar otras causas.
- Si la hipercalcemia es mayor de 15mg/dL el tratamiento y/o control debe ser hospitalario y urgente, independientemente de los síntomas.
Bibliografía
Watters J, Gerrard G. The management of malignant hypercalcemia. Drugs. 2015; 52(6): 832-848.