El ECG era normal. Le di analgésicos, miorrelajantes y solicité unas radiografías de columna cervical y hombro que fueron normales, por lo que le diagnostiqué "dolor de hombro por bursitis". A los 5 días se presentó de nuevo con el mismo dolor por lo que le hice una infiltración por vía lateral con buena técnica. El paciente rechazó la baja pero le conminé a que hiciera reposo del hombro con aplicación de vendaje en cabestrillo. Se le solicitó también interconsulta con traumatología. Algunas semanas después, el coordinador me hizo llegar una reclamación por escrito en la que el paciente protestaba por el trato recibido ya que al no experimentar alivio fue a un particular quien mediante un TAC le descubrió una hernia de disco cervical, curando totalmente tras la intervención por un neurocirujano de la misma compañía.
Comentarios del remitente: Cuando un paciente se presenta dos o tres veces seguidas en la consulta por el mismo motivo suele incomodarnos, pero se debe valorar de nuevo el caso, borrando todo lo hecho hasta entonces y solicitando exploraciones y pruebas complementarias definidas. En el presente caso creo que erré al obcecarme en una bursitis y no considerar un síndrome discal, ya que el dolor descrito por el enfermo se podía corresponder efectivamente con el característico de una hernia de disco cervical. Las radiografías de columna cervical eran normales, como también corresponde. En mi descargo está que no puedo solicitar un TAC sino derivar al paciente a quien pueda hacerlo. Es igual. También descubrí a un paciente que en lugar de venir a dialogar presenta reclamaciones traicioneras. Por supuesto yo también renuncié a él.
Extraído de: Algunos errores médicos propios y ajenos para aprender y meditar. Recopilador: M. Blasco Valle. Editado por GOPAr Grupo de Osteoporosis Aragón. Zaragoza