Comprobé la ausencia de insuficiencia cardiaca congestiva y la normalidad del segundo ruido pulmonar. La p02 arterial y el pH así como los electrólitos del suero eran normales, pero la presión venosa central (PVC) se había elevado de 8 a 20 cm de agua. El residente de medicina interna, que rotaba circunstancialmente por la UCI, propuso administrar lidocaína por vía intravenosa. Accedí pero no se obtuvo efecto alguno. Administré propranolol y los extrasístoles ventriculares desaparecieron. A la mañana siguiente, después de una radiografía de tórax, el residente vio que la punta radiopaca del catéter medidor de la presión venosa se había desplazado al interior del ventrículo derecho. Lo retiró un poco y de inmediato la PVC descendió de 20 a 5, pudiéndose suspender los antiarrítmicos sin complicaciones.
Comentario del remitente: ¡Bien por el residente! Los extrasístoles ventriculares y el aumento agudo de la PVC, en una persona joven, sin causa evidente, deben hacer sospechar que el catéter puede estar situado en el ventrículo derecho. No fue muy grave y se hubiera descubierto al hacer la radiología de control, pero si se me hubiera ocurrido antes hubiera evitado los peligros potenciales de su mala colocación y los posibles efectos secundarios de los fármacos antiarrítmicos administrados.
Comentarios del recopilador: Ninguno.