La sobrecarga asistencial conlleva un aumento de listas de espera y una excesiva demora en la asistencia sanitaria, lo que perjudica la accesibilidad y crea insatisfacción en el paciente y el propio médico. Se ha postulado que la instauración de una consulta no presencial podría contribuir a la accesibilidad y a reforzar la relación médico-paciente.
En este sentido, los autores perciben una serie de ventajas en este tipo de consulta, ya que podría ser un medio de comunicación rápido, fácil y con un coste mínimo. El registro de estas consultas no presenciales debería ser obligatorio para dejar constancia de la evaluación clínica del profesional. Asimismo, capacita la transmisión de datos clínicos y de resultados de pruebas diagnósticas en ambas direcciones.
Por todo lo anterior, los autores plantean el objetivo de evaluar el funcionamiento de un servicio de consulta de atención primaria no presencial a demanda de los pacientes, analizar si el uso de estas nuevas vías de comunicación puede ser una opción válida para lograr descargar la demanda asistencial de presencia física en los centros de salud, determinar los perfiles de pacientes que más usan este modo de consulta médica y qué se podría mejorar a la hora de implantar esta modalidad.
Los autores revisaron retrospectivamente las consultas telefónicas y de correo electrónico realizadas durante 1 año. Analizaron el perfil de pacientes, el tipo de consulta realizada, la necesidad de visita presencial y la recepción de documentación adjunta. Los autores obtuvieron como resultado 884 consultas no presenciales en 12 meses. La consulta no presencial supuso un 13,56% de las consultas a demanda. La media de edad (±desviación estándar) fue de 54 ± 17 años. El 87,7% de las consultas fueron realizadas por los pacientes, y el resto por familiares o cuidadores. El tiempo dedicado por paciente en la consulta a demanda presencial fue de 10,24 minutos, y la lista de espera menor de 48 horas fue del 97% de los días del año. En 24 ocasiones (2,71%) el paciente tuvo que acudir de forma presencial.
Los autores demuestran que la consulta no presencial resuelve algunos problemas y es adecuada para solucionar dudas de medicación, tareas administrativas y la mayor parte de los asuntos referentes a patologías médicas agudas y seguimientos crónicos. Así, su gestión contribuye a reducir la necesidad de consultas presenciales y a facilitar un mayor tiempo por persona para la demanda presencial.