Artrosis inflamatoria de manos: lejos de una opción terapéutica eficaz

  • Los planteamientos quirúrgicos en esta localización son más complejos que en otras, y la terapia farmacológica no es completamente eficaz en muchos casos.
  • La artrosis de manos presenta con frecuencia fenómenos inflamatorios asociados que, aunque cursan en brotes, implican un aumento de la discapacidad y una dificultad añadida al diagnóstico.

La artrosis erosiva de manos, también conocida como artrosis inflamatoria de manos, es una patología relativamente frecuente. Aunque su etiopatogenia no está completamente clara, una de las hipótesis más aceptada hace referencia a una reacción inflamatoria a cristales de calcio o a otros productos de la degradación del cartílago, que se plasma clínicamente en un aumento significativo del dolor y de la discapacidad de los pacientes. Éstos presentan erosiones radiográficas en localizaciones semejantes a las de la artritis psoriásica, que se pueden distinguir por su morfología (erosiones «en alas de gaviota» en la artrosis, erosiones «en orejas de ratón» en la artritis psoriásica). Ambas formas de artropatía se pueden acompañar de neoformación ósea; sin embargo, aunque el osteofito de la artrosis es característico, a veces pueden asociarse ambas artropatías.

Desde hace años la artrosis no se considera únicamente un proceso de desgaste o deterioro de las articulaciones, ya que existe un delicado balance entre el anabolismo y el catabolismo de la matriz cartilaginosa, y aunque la edad o el sobreesfuerzo pueden desempeñar un papel importante, el análisis molecular del proceso parece centrarse en un predominio de interleucinas (IL) inflamatorias que inducirían fenómenos catabólicos en el condrocito y en la membrana sinovial. Sin embargo, estos hallazgos no encontraban réplica en el tratamiento de la artrosis erosiva; de hecho, existen algunos estudios de pacientes tratados con metotrexato y anakinra (inhibidor de la IL-1β), y un ensayo clínico aleatorizado con etanercept que no mostró efectos relevantes.

Los autores del artículo que se comenta llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado con lutikizimab, un inhibidor de IL-1α e IL-1β, que previamente había demostrado frenar la progresión de la artrosis en el modelo murino, y buena tolerancia en pacientes con artrosis de rodilla (estudio en fase I para optimizar dosis), con reducción de neutrófilos, proteína C reactiva ultrasensible y marcadores de sinovitis (metaloproteasas y fragmentos de degradación del colágeno).

Los autores distribuyeron en 2 grupos a 130 sujetos de forma aleatoria que cumplían los criterios EULAR de artrosis de manos. El punto clave para determinar la elegibilidad de los sujetos era tener 3 o más articulaciones interfalángicas inflamadas, y presentar evidencia de, al menos, una erosión radiográfica en estas articulaciones. Aunque el comparador era placebo, los sujetos de los 2 grupos podían tomar paracetamol o ibuprofeno, excepto en las 48 horas previas al registro de los resultados. El resultado primario determinado por los autores consistió en el cambio desde el inicio hasta las 16 semanas en la puntuación del Índice de Osteoartritis de Mano de Australia/Canadá (AUSCAN V.3.1; NRS-11; rango: 0-50 en la puntuación de subdominio del dolor). Un punto final secundario clave consistió en el cambio desde el inicio hasta las 26 semanas en la puntuación del subdominio de la función AUSCAN (NRS-11; rango: 0-90). Los puntos finales exploratorios clave incluyeron el cambio, desde el inicio hasta las 26 semanas, en los recuentos de articulaciones inflamadas y sensibles, lesiones estructurales en los huesos y articulaciones mediante radiografía, y sinovitis, lesiones erosivas, pérdida de espacio en el cartílago y lesiones de la médula ósea comprobadas mediante resonancia magnética.

Los resultados obtenidos por los autores en la semana 26 son prácticamente superponibles entre el grupo control y el grupo de intervención, sin diferencias significativas en ninguno de los puntos finales.

Los resultados de este ensayo clínico aleatorizado son, al igual que el realizado con etanercept, decepcionantes.

Finalmente, los autores comentan el hecho de que en cualquier consulta se aprecian diariamente muchos más casos de artrosis de manos con fenómenos inflamatorios o erosivos que de artritis reumatoide y artritis psoriásica juntas; sin embargo, existen aún numerosas lagunas en el conocimiento de la patogenia de la artrosis, que no permiten identificar las dianas adecuadas para el tratamiento de esta enfermedad.

Kloppenburg M, Peterfy C, Haugen IK, Kroon F, Chen Su, Wang Li, et al. Phase IIa, placebo-controlled, randomised study of lutikizumab, an anti-interleukin-1α and anti-interleukin-1β dual variable domain immunoglobulin, in patients with erosive hand osteoarthritis. Ann Rheum Dis. 2019; 78: 413-420.

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