Los pacientes con artrosis de rodilla presentan debilidad en la fuerza extensora del muslo; sin embargo, esta relación es confusa y resulta difícil distinguir la causa del efecto. Está claro que los pacientes con gonartrosis tienen debilidad por reducción de la actividad física debido al dolor, pero existe alguna evidencia de que la debilidad del cuádriceps puede predecir cambios radiográficos o clínicos, o que el fortalecimiento de este músculo previene la aparición de artrosis en los pacientes con meniscopatía. Estos estudios previos analizan la evidencia del efecto del fortalecimiento del cuádriceps sobre la gonartrosis en un plazo relativamente corto.
El presente estudio analiza esta asociación a largo plazo en pacientes con una media de edad de 18 años, captados en el examen para las fuerzas armadas suecas entre septiembre de 1969 y mayo de 1970. Los autores midieron la fuerza extensora del muslo, y añadieron como posibles variables de confusión el peso y la talla, el índice de masa corporal (IMC), el consumo de alcohol y tabaco, el requerimiento físico en el trabajo y el nivel de formación.
Los autores del estudio analizaron a los participantes en 1987 (con una media entonces de 35 años de edad) y en 2010 (media de 59 años), realizándoles una valoración clínica y radiográfica según los criterios del American College of Rheumatology para la gonartrosis.
Incluyeron a 41.886 varones. La fuerza media obtenida a los 18 años fue de 237 Newton (desviación estándar [DE]= 47) y el peso medio de 66 kg (DE= 9,3). Durante los 24 años de seguimiento desarrollaron gonartrosis 2.049 pacientes.
En el análisis multivariante los autores observaron un incremento del 1,12% en el riesgo de desarrollar gonartrosis por cada disminución de 1 DE en la fuerza extensora del cuádriceps (intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,06-1,18), y del 1,18% en el riesgo de desarrollar gonartrosis (IC del 95%: 1,15-1,21) por cada 5 kg de incremento en el peso corporal.
Este estudio demuestra que los factores dsarrollados a edades considerablemente jóvenes influyen en el deterioro del sistema locomotor; así, parece fácilmente comprensible para el clínico la idea de que un peso excesivo desde edades jóvenes es un factor de riesgo para presentar posteriormente artrosis de rodilla, con una asociación mayor que la que se encuentra entre el sobrepeso en la edad adulta y la gonartrosis.
En sujetos sanos, con una actividad normal, es posible encontrar una mayor fuerza muscular en las extremidades inferiores cuando mayor sea su masa corporal, pero deberíamos diferenciar entre la masa magra y la masa grasa, considerando no sólo el IMC, sino la masa grasa de los sujetos que atendemos.
No tenemos evidencia de que determinados deportes sean preferibles a otros, pero los entrenadores y preparadores físicos también deberían tener en cuenta este tipo de estudios para conseguir una forma física que minimice el riesgo de lesiones en los deportistas. Está claro que, en general, deberá recomendarse la práctica deportiva, ya que a partir de otros estudios realizados previamente se conoce que una buena sensibilidad propioceptiva también es un factor protector de desarrollar artrosis.