Desde hace más de medio siglo se conoce la relación existente entre la hiperuricemia y la gota con las enfermedades vasculares (enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular, arteriopatía periférica); no obstante, siempre ha existido controversia sobre si se trata de una asociación real e independiente o tan sólo es una asociación espuria debido a factores de confusión, como la hipertensión, la dislipemia y otros factores de riesgo vascular, también asociados a la hiperuricemia. Se ha demostrado que el ácido úrico sérico elevado es un factor de riesgo para el desarrollo de hipertensión, y que conduce a un incremento de la mortalidad en pacientes con otros factores de riesgo cardiovascular; sin embargo, no se ha podido identificar de forma inequívoca el papel de la hiperuricemia o la gota en las complicaciones y en la mortalidad cardiovascular.
Los autores del presente artículo compararon, en un estudio retrospectivo, una cohorte de 8.386 pacientes con gota y otra de 39.766 controles, emparejados por sexo y edad, seleccionados de los registros de médicos generales, con un seguimiento de 10 años. Realizaron un análisis multivariante mediante riesgos proporcionales de Cox, ajustado por factores de riesgo vascular conocidos: índice de masa corporal, hábito tabáquico, hipertensión arterial, insuficiencia renal crónica, y consumo de ácido acetilsalicílico y estatinas. Los resultados se ofrecen como hazard risk (HR), o riesgo de daño, que equivale al riesgo relativo (el valor 1 significa ausencia de factor de riesgo). En el capítulo de resultados, los varones tuvieron un mayor riesgo de presentar cualquier complicación vascular (HR= 1,06; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,01-1,12), cualquier tipo de enfermedad coronaria (HR= 1,08; IC del 95%: 1,01-1,15) y enfermedad vascular periférica (HR= 1,18; IC del 95%: 1,01-1,38). Entre las mujeres, los autores observaron igualmente un mayor riesgo para cualquier trastorno vascular (HR= 1,25; IC del 95%: 1,15-1,35), enfermedad coronaria (HR= 1,25; IC del 95%: 1,12-1,39) y enfermedad vascular periférica (HR= 1,89; IC del 95%: 1,50-2,38). Ni en las mujeres ni en los varones encontraron ninguna asociación entre la presencia de gota y enfermedad cerebrovascular.
Los resultados de este estudio ofrecen unos IC lo suficientemente estrechos para considerar ajustada la estimación. La presencia de gota es un factor de riesgo para las complicaciones cardiovasculares; sin embargo, es un factor de riesgo débil y con escasa magnitud del efecto, lo que debe llevar en la práctica a considerar el control de los factores de riesgo clásico (dislipemia, hipertensión, tabaquismo y sedentarismo). A pesar de ello, debe considerarse el HR como una medida estadística que no actúa de forma aditiva sino multiplicativa, y los valores hallados, sobre todo en el grupo de mujeres, pueden conllevar la necesidad de recalibrar el riesgo obtenido desde las tablas de mortalidad cardiovascular, si éste es mayor de 4 o 5 o se encuentra en un valor límite para tomar una decisión terapéutica.
Clarson LE, Hider SL, Belcher J, Heneghan C, Roddy E, Mallen CD. Increased risk of vascular disease associated with gout: a retrospective, matched cohort study in the UK Clinical Practice Research Datalink. Ann Rheum Dis. 2015; 74: 642-647.