La educación para la diabetes mellitus (DM) ha demostrado ser el principal vehículo para la implicación del paciente, aunque hasta ahora las medidas educativas iban destinadas exclusivamente a prevenir las complicaciones de la enfermedad y al conocimiento en materia de autocuidados. Actualmente, se postula como útil el abordaje multifactorial del riesgo cardiovascular y de la comorbilidad asociada como estrategia para disminuir las complicaciones micro/macrovasculares de la DM.
En este sentido, los autores del artículo que se comenta evalúan le efectividad en conocimiento, percepción de control y mejora del riesgo cardiovascular mediante el suministro al paciente de un decálogo visual, herramienta cualitativa de fácil uso en atención primaria y adaptada a la población diabética.
Los autores realizan un ensayo clínico de intervención educativa, con grupo control, aleatorizado, evaluado a ciegas, en pacientes con DM tipo 2 en el ámbito de atención primaria.
El estudio incluyó a pacientes con DM tipo 2 con tratamiento farmacológico que acudieron al centro de salud, aleatorizados en 2 grupos: un primer grupo de intervención de 50 pacientes, que recibieron una intervención educativa sobre riesgo cardiovascular y su grado de control, junto con la entrega del decálogo, y un segundo grupo de control, que tan sólo recibió la educación sobre los factores de riesgo. Los pacientes finalmente fueron evaluados a los 6 meses de la intervención, aunque recibieron un recuerdo telefónico a los 2 meses, mediante el que fueron evaluados enmascaradamente sobre conocimientos y percepción de riesgo cardiovascular.
Los autores analizan los resultados obtenidos y comprueban que, a los 2 meses, el conocimiento aumentaba en el grupo de intervención un 16,5% más que en el grupo control que no recibió el decálogo; asimismo, la percepción sobreestimada de control mejoró en un 34,5%, sin diferencias entre grupos, aunque mejoró la concordancia en el grupo de intervención. A los 6 meses aumentó el conocimiento de forma global un 25,6%, despareciendo las diferencias iniciales entre grupos; el control final del riesgo cardiovascular aumentó de forma global en un 6,4%, específicamente un 9,4% en el grupo de intervención. El riesgo SCORE disminuyó de forma significativa en ambos grupos por igual.
Los autores confirman que el efecto de una intervención educativa cualitativa que facilite al paciente con DM información sobre los factores de riesgo cardiovascular modificables y de su grado de control resulta efectiva y de utilidad en el entorno de la atención primaria.