En el marco del Día Mundial de la Trombosis, que se celebra cada año el 13 de octubre, LEO Pharma ha querido visibilizar la estrecha relación de los episodios trombóticos con el cáncer y que potencialmente puede ser la primera manifestación de un cáncer oculto. Tanto la trombosis venosa profunda (la formación de un coágulo de sangre en las venas profundas, generalmente, de las piernas o la pelvis) como la embolia pulmonar (cuando ese coágulo se traslada a través de la circulación y se aloja en los pulmones) son complicaciones frecuentes en los pacientes con cáncer. Se estima que 1 de entre cada 10 y 20 personas con cáncer desarrollará una trombosis venosa profunda o una embolia pulmonar. Las cifras se agravan si las observamos en dirección opuesta: 1 de cada 5 casos de estos episodios aparece en personas que sufren un cáncer activo.
Un estudio de los Hospitales Universitarios Vall d’Hebron y Germans Trias i Pujol, llevado a cabo en abril de 2020, describió que uno de cada cuatro pacientes graves con COVID-19 que ingresan en la UCI sufrían una trombosis venosa o pulmonar. Sin embargo, esta era asintomática en un 62% de los pacientes. Con esta elevada frecuencia de trombosis, los investigadores consideran clave administrar dosis más elevadas de anticoagulantes en pacientes en UCI para reducir el riesgo de complicaciones. Los resultados han sido publicados en European Journal of Vascular and Endovascular Surgery.
El Hospital de Sant Pau de Barcelona y el Hospital Gregorio Marañón de Madrid desarrollan una nueva herramienta de diagnóstico que evalúa el riesgo de trombosis en pacientes oncológicos.