- Los últimos años se han caracterizado por un incremento en la aparición de medicamentos capaces de conseguir la remisión en pacientes con artritis reumatoide.
- La existencia de este abanico terapéutico permite el cambio entre diferentes tipos de fármacos cuando el paciente no responde a uno en concreto.
- Sin embargo, un porcentaje pequeño pero relevante de pacientes con artritis reumatoide mantienen una enfermedad activa pese a la utilización de varios agentes biológicos.
El proyecto SROI-AR, desarrollado por Weber, con la colaboración de la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis) y promovido por Lilly, ha reunido a un grupo multidisciplinar de expertos en artritis reumatoide para definir un abordaje ideal de esta enfermedad dentro del Sistema Nacional de Salud que favorezca las expectativas y la calidad de vida de los pacientes. El informe ha evaluado el impacto clínico, asistencial, económico y social del abordaje ideal de la artritis reumatoide en comparación con el abordaje actual e incluye 22 propuestas de mejora divididas en tres categorías (diagnóstico, artritis reumatoide precoz y artritis reumatoide establecida).
- El estrecho control de la actividad en la artritis reumatoide ha demostrado disminuir la progresión activa de esta enfermedad.
- Este control requiere utilizar dosis más elevadas de fármacos o combinaciones, con lo que los efectos secundarios son más frecuentes.
- Se demuestra que el impacto de los efectos adversos conduce a un peor control de la actividad de la enfermedad, aunque, siguiendo protocolos, es posible alcanzar unos aceptables objetivos de control.