La relación coste-eficiencia de la polipíldora cardiovascular mejora la economía de los sistemas de salud. Así lo han afirmado los expertos reunidos en la mesa “la polipíldora cardiovascular como estrategia de optimización de prevención cardiovascular global”, celebrado en el marco de la I Jornada sobre Alta Complejidad Médica en la Sanidad Privada.
La mesa dedicada a la polipíldora cardiovascular ha puesto de manifiesto que simplifica el tratamiento y fomenta la adherencia en un paciente crónico y de alto riesgo. José María Castellano, coordinador de ensayos clínicos en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), sostiene que el paciente que tiene que tomar al día varios medicamentos “muestra una menor adherencia al tratamiento, lo que origina numerosas hospitalizaciones e incrementa el riesgo de fallecimiento entre un 30 y un 45%”. Por este motivo, la polipíldora cardiovascular es especialmente beneficiosa para pacientes de la tercera edad. “Solo desde los años 90, se ha triplicado el número de pacientes de más de 65 años sometidos a polifarmacia, es decir, aquellos que toman más de 5 pastillas al día”, sostiene.
Pero la polipíldora cardiovascular también ofrece una óptima relación coste-efectividad. “Además de su demostrada eficacia clínica, aporta un gran valor que ayuda en la economía de los sistemas de salud”, resume Castellano. En otras palabras, “los pacientes que antes no tomaban la medicación y ahora sí gozan de una disminución de eventos que se traduce en una disminución del coste.”
Estudio SECURE
Varios estudios demuestran que la polipíldora cardiovascular mejora la adherencia y resulta coste-efectiva, pero aún se desconoce cuánta reducción de eventos cardiovasculares garantiza. Para medirlo con precisión, la Unión Europea ha financiado con seis millones de euros el estudio SECURE, un ensayo clínico que concluirá en 2020, coordinado por el CNIC y cuenta con Valentí Fuster como investigador principal y con José María Castellano como co-investigador principal y se está llevando a cabo en siete países, con 3.500 pacientes mayores de 65 años que han sufrido un infarto de miocardio. La mitad de ellos se trata con polipíldora cardiovascular y la otra mitad sigue otro tratamiento prescrito por su médico. De acuerdo con Castellano, el resultado “demostrará la hipótesis de que la polipíldora cardiovascular disminuye los segundos eventos en mayor medida que la toma de medicación por separado”.
Accesibilidad
La mejora en el acceso a los medicamentos es otro beneficio que trae consigo la polipíldora cardiovascular. “Muchos pacientes no reciben el tratamiento adecuado porque no tienen acceso a medicinas, la barrera de accesibilidad es clarísima”, explica Castellano. Según el doctor, “se calcula que el 80% de los pacientes que se mueren por enfermedad cardiovascular viven en regiones donde el acceso es prácticamente inexistente”. “El Estudio PURE demuestra que, por ejemplo, en Colombia, solo el 5% de pacientes infartados tiene acceso a todos los principios activos de la polipíldora cardiovascular, y en zonas de pocos recursos solo el 3% puede acceder al ácido acetilsalicílico. La polipíldora cardiovascular corrige esta barrera y ha aportado accesibilidad mundial a un tratamiento capaz de cronificar la enfermedad” afirma el doctor.
Comercializada bajo el nombre de Trinomia®, la polipíldora está aprobada para su comercialización en 55 mercados de Europa y América. Desde septiembre de 2017, en España está disponible con una dosis de atorvastatina de 40 miligramos, una opción de mayor intensidad que la anterior, de 20 miligramos.