La COVID-19 está causando efectos negativos en los pacientes con epilepsia, especialmente relacionados con las medidas de confinamiento durante el pico de la pandemia. Así lo demuestra un estudio llevado a cabo por la Unidad de Epilepsia del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d’Hebron y el Grupo de Investigación en Epilepsia del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), que ha observado que el insomnio, la ansiedad o la falta de recursos económicos dificulta el control de las crisis epilépticas.