La malabsorción y la intolerancia a la lactosa son dos trastornos diferentes que debe diagnosticar un médico. Aunque ambos se relacionan con la lactosa, la malabsorción implica que el intestino no procesa ni asimila bien la lactosa, mientras que la intolerancia se caracteriza por la aparición de molestias o síntomas digestivos originados por esta malabsorción de la lactosa. Tanto la malabsorción como la intolerancia a la lactosa son trastornos muy frecuentes. Se estima que, en España, un tercio de la población padece malabsorción; por lo tanto, afecta a una de cada tres personas, según indican diversos estudios. También se sabe que la intolerancia a la lactosa es muy común: afecta a entre un 20-40% de los españoles.