El proyecto BiSC evaluará el papel de la placenta frente a los contaminantes del aire y el desarrollo del cerebro de niños y niñas antes y después del parto.
Con independencia de los efectos que la contaminación atmosférica tiene sobre el desarrollo neurológico a largo plazo, un equipo de investigadores de ISGlobal ha demostrado que esta también tiene consecuencias a corto plazo. Un estudio publicado en Epidemiology muestra que los niveles diarios de dióxido de nitrógeno (NO2) y carbono elemental (o carbono negro), dos de los contaminantes asociados al tráfico, producen fluctuaciones en la función de la atención en niños y niñas.
El desarrollo cognitivo de los niños que asisten a escuelas expuestas a la contaminación del aire por su proximidad al tráfico se ve enlentecido, según el estudio llevado a cabo por investigadores del CREAL y publicado en PLOS Medicine.