Según el estudio, un tercio de los pacientes son inactivos, un 40% realizan ejercicio moderado y solo un 30% realiza un ejercicio acorde con las recomendaciones realizadas. Las causas de esta escasa actividad física en pacientes no adscritos a un programa de rehabilitación respiratoria no están claras, pero se asocian generalmente al sedentarismo que acompaña la EPOC y a la obstrucción pulmonar asociada. «Debemos encontrar fórmulas que animen a los pacientes a practicar cosas tan sencillas como pasear diariamente», explica Margarita Marín, co-autora del estudio.
En la EPOC, tal y como ocurre en condiciones de salud normales, la práctica regular de ejercicio se asocia a mayor calidad de vida. Además, los pacientes más activos físicamente muestran un enlentecimiento de la pérdida de función pulmonar y una disminución del número de exacerbaciones. El estudio publicado en la revista Archivos de Bronconeumología de SEPAR evalúa los hábitos de actividad física en la vida cotidiana de los pacientes con EPOC estable fuera de programas de rehabilitación respiratoria así como las características de estos pacientes para intentar encontrar correlaciones entre el nivel de actividad y las características socio-económicas de los pacientes.
Teniendo en cuenta que el gasto semanal de energía recomendado para la salud debe ser al menos de 1050-2800 kilocalorías, y que se considera que un incremento de actividad física de 1.000 kilocalorías por semana confiere un beneficio para los pacientes EPOC en cuanto al riesgo de reducción de mortalidad del 20%, el estudio diferencia tres niveles de actividad: a) pacientes inactivos, aquellos que realizaban un gasto energético semanal de menos de 1.000 kilocalorías por semana; b) moderadamente activos, aquellos que gastaban entre 1.000 y 3.000 kilocalorías por semana, y c) muy activos, pacientes con un gasto calórico superior a 3.000 kilocalorías por semana.
Los resultados muestran que un 32,6% de los pacientes realizaban una actividad física menor de 1.000 kilocalorías por semana, un 38,6% gastaban entre 1.000 y 3.000, y el restante 28,8% gastaba más de 3000 kilocalorías por semana y realiza, por tanto, un gasto energético acorde con las recomendaciones realizadas para obtener un efecto beneficioso para la salud y una disminución del riesgo de morbimortalidad. «Nuestro estudio pone de manifiesto que los pacientes EPOC estables que se atienden en las consultas de neumología de nuestros hospitales, y que no han sido incorporados a ningún programa de rehabilitación respiratoria, presentan un bajo nivel de actividad física» explica. Marín, resaltando que un tercio de ellos son inactivos y casi un 40% realizan ejercicio moderado.
Los pacientes con EPOC más inactivos tienen mayor obstrucción bronquial refieren más disnea, caminan menos metros en las pruebas de esfuerzo 6MWT y tienen peor calidad de vida. El estudio también ha analizado el perfil de estos pacientes que se caracteriza por un predominio de varones, de edad media avanzada y nivel grave (50%) o muy grave (19%) de severidad de la EPOC, acompañada de frecuente comorbilidad (65%), preferentemente cardiovascular. Desde el punto de vista socioeconómico, destaca una alta proporción de jubilados, con escasos ingresos económicos, baja titulación académica, y que en su mayor parte, viven con su pareja o con familiares. Entre los datos apuntados por el estudio no puede obviarse la constatación de que un 12% de este tipo de pacientes sigue siendo fumador a pesar de conocer los riesgos del tabaco y las recomendaciones de los especialistas.