La crisis económica está obligando a las administraciones públicas a replantearse el funcionamiento y la sostenibilidad de sus sistemas sanitarios. De media, un 60% del coste total del sistema se dedica a pagar a proveedores externos de material sanitario, medicamentos, tecnología médica o servicios, entre otros. Una gestión más eficiente de estas adquisiciones permitiría reducir ostensiblemente el gasto sanitario y mejorar el desempeño del sistema público, ya que, según los datos de AERCE, un ahorro del 1% en compras puede aumentar el resultado operativo en un el 5%.
La revista Gestión de Compras, editada por la asociación de profesionales de compras AERCE, publica en su último número un estudio que analiza el estado actual del sistema sanitario, desde la óptica de «compras», y ofrece algunas pautas para mejorar su eficiencia.
La creación de centrales de compras para reducir la factura sanitaria mediante la adquisición en escala es una iniciativa que ya se está poniendo en marcha en algunas comunidades autónomas. AERCE calcula que si se unificasen las compras sanitarias a nivel estatal, el potencial de ahorro sería enorme. Actualmente, las administraciones pagan unos 17.000 millones de euros al año solo por el material sanitario y los medicamentos que se utilizan en los hospitales y se subvencionan en las farmacias. Un ahorro aunque fuese del 1% de esta cantidad mediante la adquisición coordinada, supondría dejar de gastar 170 millones de euros que podrían utilizarse para fomentar la mejora del conjunto del sistema.
El estudio publicado en Gestión de Compras explica que está demostrado que crear agencias centralizadas de compras de medicamentos permite ahorrar. La revista recuerda que el año pasado, el consejo de ministros aprobó un acuerdo marco para centralizar la compra de vacunas, al que se adhirieron 8 comunidades y con el que se preveía ahorrar 3,2 millones. El problema fue que algunas comunidades ya tenían acuerdos con laboratorios, o pensaron que los precios que ellas tenían ya estaban ajustados a la baja, y no se sumaron. La propuesta actual propone aunar vacunas, los antibióticos más comunes, antivirales, eritropoyetinas y la hormona del crecimiento, antineoplásicos y materiales de consumo habitual como sueros, alcohol, gasas o apósitos, para lograr ahorros aún más significativos.