Esta afirmación se desprende de los resultados de una encuesta elaborada por el Observatorio Pediátrico de Atención Primaria (AP) a pediatras de 57 centros de salud de la Comunidad de Madrid. En esta encuesta se constata que hasta en un 57,7% de los casos no se cumple la rotación obligatoria de tres meses por atención primaria que establece el programa formativo de la especialidad, en vigencia desde el año 2006. Tres de cada cinco pediatras que se forman en los hospitales públicos de Madrid recibe una deficiente formación en AP. Ningún pediatra de AP tiene acreditación como tutor ni como colaborador docente, por lo que esta actividad no tiene valoración oficial curricular ni profesional, no recibiendo ningún tipo de compensación por su tarea formativa docente.
Además, el Observatorio advierte sobre las dificultades que se ponen a las enfermeras para que realicen actividades preferentemente pediátricas, y en consecuencia, para obtener acreditación en dicha especialidad. El Observatorio recuerda que la nueva resolución que regula los requisitos de acreditación de las unidades docentes multiprofesionales (UDM) de pediatría establece que en sus dispositivos de AP (los centros de salud), haya al menos un médico especialista en pediatría y un especialista en enfermería pediátrica. En este sentido, denuncia que es difícilmente comprensible que no se permita una actividad de probada eficacia y popularidad como es la labor de la enfermería pediátrica en la atención primaria de salud de la población infantil y a la vez se exija dicha actividad para completar la formación de los futuros especialistas, tanto de pediatría como de enfermería pediátrica. «En el resto de comunidades autónomas se ha respetado el trabajo de las enfermeras con dedicación infantil exclusiva. Sería una pérdida irremplazable para las familias de nuestra comunidad si no pudieran acreditarse para la formación en especialidades infantiles muchos centros de salud de nuestra comunidad» señala.