Eduard Gratacós, jefe del Servicio de Medicina Maternofetal del Hospital Clínic de Barcelona y Enric Banda, director del área de ciencia, investigación y medio ambiente de la Obra Social "la Caixa", han presentado en CosmoCaixa los primeros biomarcadores para el diagnóstico precoz del daño cerebral mediante el estudio por resonancia magnética de las conexiones cerebrales en niños de un año de vida
El grupo de Medicina Materno-Fetal del Hospital Clínic de Barcelona, dirigido por Gratacós, ha centrado sus dos últimos trabajos en la detección precoz de los problemas en el neurodesarrollo mediante el uso de resonancia magnética por difusión (difussion MRI). El proyecto se inició en enero de 2011 y ya ha generado los primeros resultados: los investigadores del Clínic han demostrado por primera vez que es posible crear predictores individuales de desarrollo cerebral anómalo mediante el estudio de las conexiones cerebrales por resonancia magnética en niños de un año de vida. Ambos trabajos, fueron presentados recientemente en el congreso mundial de medicina fetal en Los Ángeles, y están en proceso de ser publicados en dos revistas internacionales: Neuroimage y PLoS One.
Según su estudio, es posible desarrollar biomarcadores que predicen un desarrollo cerebral anómalo, mediante el estudio de las conexiones cerebrales. Para ello es necesario combinar diferentes tecnologías. En primer lugar, modificaron técnicas de resonancia magnética desarrolladas inicialmente para adultos y las adaptaron para poder ser aplicadas en niños de un año. Con ello consiguieron delinear las conexiones cerebrales de los niños. Un segundo reto era interpretar cuáles son las diferencias entre las conexiones cerebrales que se cuentan por millones. Para ello, los investigadores utilizaron métodos basados en teoría de grafos, desarrollados para entender la organización de redes muy complejas. De esta forma identificaron grupos de conexiones cerebrales que eran diferentes en los niños que sufrieron retraso de crecimiento. Finalmente demostraron que estas conexiones diferentes permitían predecir los resultados anómalos en los test de neurodesarrollo a los dos años de vida. En un segundo trabajo, los investigadores han demostrado conceptos similares en animales de experimentación.
Aunque se trata de resultados preliminares que necesitan más desarrollo, abren la puerta a disponer de biomarcadores individuales en la práctica clínica en pocos años. Los estudios se han realizado en niños de tan solo un año y en el futuro se aplicarán en recién nacidos. Esto permitiría predicciones precisas sobre el riesgo a sufrir trastornos del neurodesarrollo desde el nacimiento. La importancia de estos resultados también radica en la posibilidad futura de detectar de forma precoz otros problemas del embarazo, como la prematuridad o las enfermedades fetales en general. En pocos años se espera disponer de marcadores mejores y más fiables que permitirán iniciar estudios para evaluar tratamientos que mejoren el neurodesarrollo de niños que sufrieron problemas fetales.