En este manifiesto denuncian el excesivo número de especialidades médicas existentes en España, muy lejos de la media europea, lo que supone una molestia para el paciente por el mayor número de visitas. Los jefes de servicio de medicina interna piden un cambio en los cuidados sanitarios de las enfermedades crónicas, adaptando los programas formativos de las especialidades médicas a las necesidades sanitarias. Además, reivindican su servicio como fundamental en el abordaje de problemas asistenciales, como las urgencias médicas, enfermedades crónicas, pacientes pluripatológicos, infección por VIH o enfermedades importadas. Las necesidades asistenciales de alta especificidad tendrían su cabida y un marco en la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias con el reconocimiento de las áreas de capacitación específica. Dentro de ellas se podrían incluir las áreas de capacitación de urgencias y emergencias y la de enfermedades infecciosas.
En el manifiesto se expresa el malestar de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Comisión Nacional de la Especialidad para con determinadas autoridades sanitarias, que han contestado en público a las alegaciones técnico-jurídicas realizadas al Ministerio de Sanidad pero no las han contestado por escrito. Como último punto del manifiesto, los jefes de servicio consideran imprescindible realizar modificaciones sustanciales en la organización de los sistemas sanitarios y que la reordenación de la oferta médica especializada obedezca a la aparición de nuevo conocimiento.