“La gripe no es solo una enfermedad de adultos. La población tiene muy interiorizado que se trata de una enfermedad de mayores, porque dirigimos la profilaxis frente a la gripe sobre todo a la gente mayor, pero viene de una interpretación errónea. Los principales grupos afectados por la gripe son las personas con patologías previas, embarazadas, las personas mayores y, especialmente, los niños. Es más, esta temporada, el grupo de edad que mayores tasas de infección ha tenido ha sido el de menores de 5 años”, comentó Ignacio Salamanca, coordinador de la Unidad de Estudios e Investigación del Instituto Hispalense de Pediatría de Sevilla y miembro de la Comisión Asesora de Vacunas Andalucía.
Igualmente, tal y como apuntó Ana Grande, pediatra del Hospital Materno Infantil de Badajoz, “las tasas de hospitalización de los niños menores de 5 años de este año son superponibles a las tasas de los mayores de 65 años. Los niños hospitalizan mucho debido a la gripe y hay que tener en cuenta que hasta dos tercios son niños sanos sin comorbilidades”. Por eso, según las cifras que manejan los especialistas “de las últimas siete temporadas, en tres de ellas llegó a haber más hospitalizaciones en niños menores de 5 años que en mayores de 65 años. Son los grandes protagonistas en cuanto a número de casos y gravedad”.
Entre un 5% y un 25% de los niños sanos que se infectan terminan desarrollando complicaciones como bronquiolitis, otitis, neumonías o sinusitis. “Cuando hablamos de menores de 5 años, aproximadamente el 70% de los que ingresan son niños sanos. Incluso, un 50% de muertes derivadas de complicaciones de la gripe en edad pediátrica, acontecen en niños previamente sanos, sin factores de riesgo. Precisamente, la estrategia frente a esta enfermedad está cambiando porque hemos visto que, ni aun protegiendo a los niños que pertenecen a grupos de riesgo, conseguiríamos reducir la carga grave de enfermedad en niños porque la mayoría de los hospitalizados están sanos”, relató Jaime Pérez, Subdirector General de Salud Pública de Murcia y Presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Los niños contagian hasta 3 semanas
Para reducir la cadena de transmisión de la gripe es especialmente importante trabajar sobre los principales vectores de contagio. Ignacio Salamanca señaló que “los menores cuentan con una mayor probabilidad de infectarse y de propagar la gripe que los adultos. Esta mayor facilidad de contagio se debe a la fragilidad de su sistema inmunitario, el cual no está preparado para hacer frente a la infección. Lo que se traduce en un prolongado periodo de eliminación del virus y mayor carga vírica”.
De hecho, según indica Ignacio Salamanca, la capacidad de un adulto con gripe de contagiar puede durar de media una semana, mientras que un niño puede contagiar hasta 3 semanas. La carga vírica en los niños también es mayor, siendo un vector principal de contagio. Tengan o no tengan síntomas van a transmitir la gripe y es difícil aislar a los niños durante tres semanas.
Así ha ocurrido en esta temporada de la gripe y, “tal y como indican los datos del informe del SiVIRA, en España ha habido una segunda ola de gripe que fue especialmente acusada en los grupos de edad de 0 a 4 y 5 a 14 años. Sin embargo, según datos del Servicio de Epidemiología de la Región de Murcia, comunidad pionera en la inmunización de los menores frente a la gripe, la ola epidémica después de la Navidad fue mucho menos intensa y prácticamente no existió en los menores de 5 años”, confirma Jaime Pérez.
“La OMS considera que la gripe es claramente una enfermedad pediátrica y lleva más de 10 años recomendando tomar medidas para prevenirla en los menores de 5 años. En este sentido, existe una diferencia importante cuando se llevan a cabo las medidas pertinentes para proteger a los más pequeños y tenemos la evidencia de otros países. Tomar medidas más exhaustivas en la población infantil les ha permitido prevenir la gripe, sus complicaciones, reducir las visitas a urgencias y a las consultas, así como también disminuir el uso de antibióticos”, argumentó Salamanca para resaltar la necesidad de contar en España con métodos de prevención eficaces, como la vacunación frente a la gripe de los más pequeños. Esta inmunización puede hacerse vía inyección, pero también existen nuevas alternativas en la prevención de la gripe pediátrica que no son invasivas y evitan el pinchazo, como la vacunación por vía intranasal.
Por consiguiente, para evitar una epidemia gripal, es importante incrementar las medidas de prevención en los niños, pero los especialistas también consideran que es primordial trabajar en la infranotificación de la gripe. En particular, los profesionales sanitarios destacan que existe una falta de conciencia del verdadero impacto de la gripe debido a una falta de diagnóstico real del virus. “No tenemos un diagnóstico completo de todos los casos de gripe que vemos, puesto que muchos de los diagnósticos que podemos llevar a cabo en Atención Primaria son diagnósticos clínicos. Es decir, no tenemos test rápidos diagnósticos a nuestra disposición”, indicó Salamanca. Al realizar un diagnóstico puramente clínico, existe un infradiagnóstico e infranotificación, lo que culmina en una percepción de que hay menos gripe de la que suele haber.
En ello coincide Ana Grande, quien afirma que “la gripe es causa de muchas complicaciones y, en ocasiones, los especialistas focalizan el abordaje en las complicaciones sin haber hecho un diagnóstico”. En línea con esta premisa, Jaime Pérez explica que ello se debe a que “muchas veces atendemos las complicaciones de la gripe como entidades propias, como las neumonías, empeoramientos de bronquitis u otitis, pero no tenemos un diagnóstico previo que demuestra que están causadas por la gripe. Eso hace que la percepción del impacto de la gripe sea mucho menor de lo que estamos tratando en el día. De hecho, muchas de las complicaciones incluso surgen cuando ya puedes ser negativo al virus. Este infradiagnóstico hace que la gripe también esté infraestimada, lo que hace pensar a la población que es un cuadro banal; cuando, en realidad, es un cuadro que, en niños, personas de riesgos y mayores puede causar complicaciones muy graves”.