“La obesidad es una enfermedad crónica con una tendencia epidémica, convirtiéndose en uno de los retos de salud pública más difíciles; además, el exceso de peso graso se ha convertido en el principal factor de riesgo, tras la edad, frente a la COVID-19”, asegura Javier Butragueño, coordinador del grupo de trabajo de ejercicio físico de la SEEDO (GTE-SEEDO) y principal responsable de las I Jornadas de Ejercicio Físico y Salud para personas con Obesidad, que se celebrarán online el 1 y 2 de octubre.
Este encuentro, dirigido a la comunidad médica y a diferentes sectores y profesionales de la salud, llamará la atención sobre la importancia del movimiento diario y el ejercicio físico para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con obesidad. Por ese motivo, Altafit y la SEEDO han forjado una alianza para mostrar los beneficios del entrenamiento y el papel que tienen los centros deportivos tanto dentro del sistema de salud como fuera de él para promover y potenciar el movimiento.
Desde el GTE-SEEDO se insiste en la necesidad de contar con recomendaciones prácticas actualizadas sobre el ejercicio en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos dentro de las unidades médicas especializadas y en la Atención Primaria dentro del sistema sanitario. Además, se anima a concienciar al paciente de que la obesidad es una enfermedad, y que el entrenamiento podría ayudarle a evitar recaídas a largo plazo.
¿Es ético no prescribir ejercicio?
En base a la evidencia científica disponible, desde el GTE-SEEDO se considera que “no es ético no prescribir ejercicio físico” a las personas cuando van al médico o quieren mejorar su salud. “Al igual que la prescripción de un medicamento es un acto de responsabilidad que compromete no sólo al médico, sino a la Administración, la industria farmacéutica y los pacientes, la prescripción de ejercicio físico debe ser responsabilidad de los médicos, los centros deportivos, los educadores físicos y los pacientes”, afirma el coordinador de este grupo de trabajo.
En los últimos 10-15 años se ha acumulado un cuerpo de evidencia en la literatura lo suficientemente contundente como para cambiar el paradigma actual de atención a las personas con obesidad. El principal reto debe ser el mantenimiento de su autonomía con la edad, la calidad de vida mediante la aptitud física y la prevención de la obesidad. En este sentido, Fran Ortega, responsable de la Unidad de Investigación en Actividad Física y Promoción de la Salud en el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud (iMUDS), expondrá en estas jornadas la necesidad de la prescripción de ejercicio físico como parte fundamental de la cartera de servicios en todos los sistemas de salud tanto a nivel ambulatorio como a nivel hospitalario, y continuarse en los centros deportivos con profesionales especializados en el tema.
El consejo COLEF (Consejo General de la Educación Física y Deportiva) inició en septiembre de 2018 el proyecto de investigación “Receta Deportiva”, una investigación que se compone de un estudio transversal para conocer el estado actual de los programas de ejercicio físico orientado a la salud en los que el médico “receta” ejercicio, es decir, se prescribe ejercicio y luego se “dispensa”, implementándose en unidades dentro de los propios centros sanitarios o en centros deportivos parte de educadores/as físico deportivos/as (EFD).
Sin embargo, como puntualiza Javier Butragueño, “los médicos de Atención primaria, los endocrinos o cardiólogos asumen esta responsabilidad, pero se sienten frecuentemente presionados, desorientados al ver que falta formación y apoyo externo para estas prescripciones”. En este sentido, el GTE-SEEDO apela a que la comunidad médica actualice sus conocimientos sobre los beneficios y riesgos del ejercicio físico como un factor clave y un hábito diario importante para la salud, fomentando su práctica conjunta en centros deportivos como parte de la salud personal y familiar.