“No nos cansaremos de insistir en que los niños tienen que ser atendidos por profesionales médicos formados como especialistas en pediatría. Los pediatras no son intercambiables ni sustituibles por otros especialistas de disciplinas diferentes, como los médicos de familia que, a pesar de la labor excelente que desempeñan en la población adulta, no están igualmente preparados para atender lactantes, preescolares, escolares o adolescentes, ya que no han recibido la misma formación en prevención, diagnóstico y tratamiento de la población infanto-juvenil. Lamentablemente, estas sustituciones se están produciendo en muchos centros de salud”, señala María José Mellado, presidente de la AEP.
La AEP considera imprescindible reclamar la defensa del modelo pediátrico español para garantizar el bienestar y salud de los menores y, en este sentido, urge a la Consejería de Sanidad a adoptar las medidas que sean necesarias para garantizar la calidad de la atención sanitaria a los niños y adolescentes de Madrid.
Dos causas explican el déficit de pediatras en atención primaria en la región. Por un lado, la insuficiente oferta de plazas MIR para formar especialistas que cubran las necesidades de pediatras en atención primaria y hospitalaria; y por otro, que las plazas que se ofertan en los centros de salud son, en la mayoría de las ocasiones, poco atractivas para los pediatras recién formados.
Existe, por ejemplo, dificultad para encontrar especialistas en pediatría para trabajar en los turnos de tarde debido a las jornadas con horarios que entorpecen la conciliación laboral y familiar. Si se mejoraran las condiciones laborales se podría evitar la ‘fuga’ de profesionales especialistas que optan por mejores condiciones laborales en otras comunidades limítrofes u otros ámbitos, como la sanidad privada.
Las asociaciones de profesionales pediátricos han hecho llegar en numerosas ocasiones sus propuestas de mejora a las instituciones sanitarias de la Comunidad. Entre las medidas que se plantean, además de mejorar las condiciones laborales, destaca el aumento de plazas de formación especializada MIR en Pediatría, así como planificar el recambio generacional a medida que se vayan produciendo jubilaciones, con un registro nacional de necesidades reales de pediatras.