El derecho a la salud es un pilar fundamental de los derechos humanos. Sigue siendo aplicable en todas las circunstancias y los médicos tienen el deber ético de garantizar el cuidado de los heridos y los enfermos.
Las Organizaciones Médicas Europeas (EMO) reiteran que la seguridad de los médicos en el trabajo es la base de una atención médica de calidad. Las Organizaciones Médicas Europeas e internacionales observan que los médicos y otros profesionales de la salud que trabajan en hospitales y en ejercicio libre, se enfrentan cada vez más a situaciones de violencia, a veces extremas, en su ejercicio diario, ajenas a un contexto de conflicto.
A las Organizaciones Médicas Europeas les preocupa que esta inquietante tendencia sea contraria a los derechos humanos internacionales y a la ética médica, también puede obstaculizar o impedir la prestación de asistencia sanitaria, que debe protegerse de la manera más efectiva posible. Es urgente y esencial tomar medidas concretas y urgentes para proteger a los médicos europeos de todas las formas de violencia que se producen durante la práctica médica diaria, ya sea física, verbal o psicológica. Las Organizaciones Médicas Europeas reconocen el desgaste (burn-out) profesional como un tipo de violencia sociopsicológica a la que los médicos también deben enfrentarse en su lugar de trabajo.
Las Organizaciones Médicas Europeas hacen un llamamiento a los gobiernos y a todos los interesados para que demuestren su compromiso político y sean conscientes de la necesidad urgente de proteger al personal médico y paramédico en el desempeño de sus funciones. Solicitamos el establecimiento de un mecanismo eficaz de información y asistencia para las víctimas en toda Europa, la implementación de programas de prevención de la violencia y la aplicación de la legislación vigente sobre la violencia contra los médicos y otros profesionales sanitarios en el lugar de trabajo. Les pedimos que tomen todas las medidas necesarias para garantizar el acceso a una asistencia sanitaria de calidad de todos los pacientes, protegiendo al mismo tiempo la libertad y la seguridad del personal médico y de los centros sanitarios.
Las Organizaciones Médicas Europeas se comprometen a cooperar estrechamente en el marco del Grupo de Trabajo Conjunto de las EMO sobre violencia contra médicos y otros profesionales de la salud bajo el liderazgo del CEOM (Conferencia Europea de Órdenes Médicas), para garantizar que la profesión médica europea actúe con una sola voz.