Gracias a la osteointegración, que tuvo como primera aplicación clínica los implantes dentales, los pacientes amputados pueden prescindir del encaje tradicional, la parte extraíble de la prótesis que la conecta al muñón. “Con el implante de osteointegración, la calidad de vida de los pacientes amputados mejora radicalmente: caminan más y mejor, prescinden del encaje y de sus complicaciones asociadas y, como la prótesis va unida directamente al hueso, la integran en su cuerpo de una forma más natural, recuperando la osteopercepción o capacidad de identificar sensaciones a través de la prótesis”, explica Pablo Corona, cirujano ortopédico de la Unidad de Patología Séptica y Cirugía Reconstructiva del Aparato Locomotor de Vall d’Hebron.
Vall d’Hebron ha implantado este tipo de prótesis a tres pacientes amputados transfemorales a causa de accidentes de tráfico y que tenían dificultad de adaptación al encaje tradicional. Por primera vez en el Estado, la cirugía se ha realizado con un protocolo de un solo tiempo quirúrgico. “Los pacientes amputados se recuperan antes con una sola cirugía, al día siguiente ya empiezan el proceso de rehabilitación —explica Pablo Corona—. Se trata de una cirugía pionera en España, procedente del Macquarie University Hospital de Sidney, que va acompañada de un estricto programa de rehabilitación y ha dado unos resultados espectaculares en cuanto a la movilidad y a la recuperación de los pacientes, con una disminución de las complicaciones asociadas”.
Reaprender a caminar en rehabilitación
Según destaca Almudena Crespo, del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación de Vall d’Hebron, con la prótesis osteointegrada el paciente amputado vuelve a sentir la carga del cuerpo a través del hueso del muñón, en vez de en la pelvis como sucedía con un encaje tradicional. “El programa de rehabilitación tiene como objetivo instruir al paciente en un nuevo patrón de marcha, que vaya aumentando de forma gradual la carga del cuerpo sobre la prótesis y reaprenda cómo gestionar sus nuevas percepciones a través de su pierna amputada”.
Entre seis y ocho semanas después de la cirugía de osteointegración, el paciente vuelve a caminar con la prótesis osteointegrada. Al finalizar el programa de rehabilitación, que dura aproximadamente seis meses, “los pacientes con prótesis osteointegradas han mejorado de forma notable su capacidad funcional de desplazamiento”, concluye.