Desde 2001, el Centro de Diagnóstico Biomédico (CDB) del Hospital Clínic ha analizado 501 muestras de orina de personas con sospecha de intoxicación y en 194 muestras se han detectado amatoxinas (toxinas de Amanita phalloides o Lepiota) confirmando la ingestión de setas tóxicas para el hígado. Todos los casos procedían del consumo personal y nunca de platos cocinados en restaurantes o de setas comprados en mercados.
Como centro de referencia, el laboratorio de toxicología del Clínic recibe muestras de diferentes procedencias, incluyendo Zaragoza, Teruel, Sevilla, Valladolid, Madrid, Pamplona, Donosti, Alicante, Tenerife y Santiago de Compostela y puede analizar casos 24 horas al día, 365 días al año.
Los profesionales del Hospital Clínic sostienen que el inicio rápido de tratamiento es muy importante y puede resultar vital para la supervivencia del intoxicado. Cualquier retraso puede condicionar que la ingesta de algunas especies, como la Amanita phalloides, la Lepiota brunneoincarnata o la Galerina marginata, lleven a la insuficiencia hepática, renal o de otros órganos, que requieren el ingreso del enfermo a la Unidad de Cuidados Intensivos, el uso de antídotos y, excepcionalmente, la necesidad de un trasplante.
Fuertes dolores de estómago, vómitos continuados y diarreas abundantes son algunos de los síntomas de intoxicación por setas tóxicas, aunque varían en función de la especie. Los primeros síntomas se pueden presentar al poco rato de haber comido las setas (normalmente entre media hora y tres horas) o pasadas algunas horas. Las intoxicaciones más graves, en particular la causada por la oronja verde (Amanita phalloides), se manifiestan después de unas 8 o 10 horas, a veces más; por tanto, el hecho de que los síntomas tarden en presentarse es un indicio de que la intoxicación puede ser muy grave.