El presidente del COMB, Jaume Padrós, y el secretario, Gustavo Tolchinsky, firman un editorial bajo el título Caring programmes for sick doctores are crucial step to self-regulation, en el que reflexionan sobre las razones que explican y justifican que los colegios de médicos desarrollen programas como el PAIME, entre las que destaca la protección de los ciudadanos y de su salud. Los autores plantean que la función de autorregulación que tienen delegada y que ejercen los colegios profesionales médicos y que podría parecer a priori un cierto privilegio, es, sobre todo, una gran responsabilidad, ya que ayudar a los médicos a recuperar la salud no implica tan sólo hacer lo correcto, sino que, por encima de todo, beneficia el sistema sanitario y los pacientes. Padrós y Tolchinsky defienden el carácter no punitivo de este tipo de programas que, tal como hace el PAIME, tienen como principal objetivo recuperar para el ejercicio el profesional enfermosiempre que sea posible. Uno de los hitos de este enfoque es, precisamente, que alrededor del 90% de los profesionales que son atendidos en el PAIME acuden de manera voluntaria.
El artículo Fostering healthy practice among Physicians, firmado por el presidente de la Fundación Galatea y especialista en medicina interna, Miquel Vilardell, y por la responsable de proyectos corporativos del COMB, Anna Medios, destaca la importancia que tienen los programas asistenciales para profesionales de la salud para garantizar la seguridad de los pacientes. Por otra parte, hace especial énfasis en la apuesta que, desde la Fundación Galatea, se ha hecho para poner al alcance de todos los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, farmacéuticos, ondontólogos, fisioterapeutas, psicólogos, veterinarios y trabajadores sociales) intervenciones preventivas y, de manera muy específica, dirigidas a los jóvenes médicos residentes.
Desde 2006, la Fundación Galatea ha analizado un volumen considerable de datos sobre la salud, estilos de vida y condiciones laborales de los profesionales de la salud. Todo este trabajo ha permitido detectar que el colectivo sanitario tiene más riesgo de sufrir trastornos mentales que la media de la población del mismo nivel socioeconómico, un riesgo que es más elevado entre los jóvenes médicos y que se incrementa a medida que avanza el periodo de residencia. Las mujeres también presentan índices más elevados de riesgo de alteraciones de la salud mental. Estos resultados han sido de gran utilidad para diseñar nuevas intervenciones (talleres, cursos online, sesiones clínicas, etc.) para promover el autocuidado y para ir más allá de acciones individuales con la promoción de equipos de trabajo saludables.