“Este desequilibrio entre progresión científica y tecnológica y la atención a las necesidades emocionales de pacientes, familias y profesionales ha llevado a reivindicar la necesidad de atender los aspectos relacionados con el estado de las personas y su dimensión humana”, destaca Isabel Izquierdo Macián, jefa del Servicio de Neonatología del Hospital Universitari i Politècnic La Fe.
Izquierdo resalta especialmente la apuesta que se está haciendo por la humanización de la asistencia en partos y cuidados neonatológicos que ofrece el Hospital Universitari i Politècnic La Fe. Entre otras acciones, enumera, “se ha establecido una política de puertas abiertas las 24 horas del día, para que el padre/madre que lo desee pueda permanecer con su hijo el tiempo que considere o pueda; se fomenta y apoya el parto natural, así como el contacto ‘piel con piel’ de de los padres con su hijo el mayor tiempo posible; se intenta la no separación del recién nacido de su madre, favoreciendo en caso de necesidad de ingreso por patología poco grave el ingreso conjunto de la madre con el niño en la maternidad”.
En el ámbito específico de la Neonatología, el Hospital Universitari i Politècnic La Fe apuesta por la instauración de medidas para mejorar el macro y microambiente donde se desarrollan los recién nacidos ingresados. “Cuidamos el macroambiente con la instalación de medidores del nivel de ruido y control de la luz y, actualmente estamos “ humanizando” el entorno de la Unidad; además, respetamos el microambiente del recién nacido, mejorando el confort con sistemas de contención y control del dolor”, apunta Isabel Izquierdo, quien también valora positivamente la instauración de medidas como el “método de canguro a demanda”, la participación de los padres en los cuidados de su hijo/a cuando está clínicamente estable, la existencia de una “Casa Ronald Mac Donald” dentro del recinto hospitalario que permite el hospedaje de las familias desplazadas o la disponibilidad de una salita de estar específica para madres lactantes.
El fomento y apoyo a la lactancia materna y el Banco de Leche Materna Regional son otras medidas y recursos a destacar. Además, añade la responsable del Servicio de Neonatología, “hemos creado una Comisión clínico-técnica de Atención Materno-Neonatal multidisciplinar, formada por neonatólogos, enfermeras/os, obstetras, matronas, pediatras de Atención Primaria y directivos de Salud Pública, entre otros”. Con todo, subraya, “pretendemos seguir mejorando y, sobre todo, actualmente estamos trabajando en conseguir mayores espacios y llegar a la hospitalización madre-hijo en habitaciones individuales dentro de la Unidad Neonatal. Otro de nuestros objetivos es conseguir la acreditación IHAN (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia)”.
Beneficios clínicos, sociales…y económicos
La eficacia y el rendimiento de todas estas medidas ofrece destacados beneficios en diferentes ámbitos. Según resume. Isabel Izquierdo, “las medidas de humanización de la asistencia neonatológica logran, por ejemplo, que las madres y padres se sientan mejor y tengan menos ansiedad, mejoran la calidad del vínculo con el hijo/a y la calidad de la interacción, optimizan el grado de satisfacción de su experiencia en la Unidad Neonatal, aportan a las familias facilidad para cuidar de su hijo durante el ingreso y en su hogar, facilitan la práctica del método canguro (que conlleva efectos de mejora en la estabilidad metabólica y hemodinámica del recién nacido, la lactancia natural y su duración, el desarrollo psicomotor y neurosensorial, la analgesia y la disminución del llanto y las infecciones). Es más, apostilla, “también mejora la relación, comunicación y colaboración de las familias con los/as profesionales”.
En general, según admite esta experta, “todo esto supone una mejora asistencial, menos complicaciones durante todo el proceso de desarrollo del recién nacido y, por tanto, supone una mejoría en la calidad de vida, que paralelamente repercute en menor coste a medio y largo plazo”.