Reproducimos a continuación las conclusiones finales del documento:
- Los estudios epidemiológicos demuestran que se ha producido un incremento del reconocimiento y diagnóstico de los TEA, los cuales afectan alrededor del 1% de la población, a pesar de que todavía existe un infradiagnóstico en adultos. Este hecho obliga a la sociedad en general y los médicos en particular a tomar conciencia y aumentar la sensibilidad de los profesionales sanitarios en torno a los TEA.
- Todos los profesionales de la medicina deben guiarse, de manera inexcusable, por criterios científicos consensuados y actualizados y el abordaje de cualquier afección debe comprender, de manera inequívoca y fundamental, la indicación de tratamientos basados en los conocimientos médicos validados. Esta obligación se hace más evidente en procesos como los TEA.
- La función primordial de los Colegios de Médicos es la de ser garante de la buena praxis médica, dirigida a promover, mantener y / o restablecer la salud individual y colectiva de las personas. Así pues, el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) velará para que los colectivos de profesionales, en especial los médicos, ofrezcan un abordaje de los TEA basado en el rigor científico y se abstengan de difundir o colaborar con teorías o prácticas que no cuenten con el aval de la comunidad científica o médica a través de cualquier medio informativo y / o publicitario. El Código de Deontología obliga a los médicos a proteger a los pacientes y familias ante ofertas terapéuticas no basadas en la evidencia científica y que pueden suponer un engaño o una estafa moral y económica.
- Es necesario aumentar los recursos destinados a la atención de los pacientes con TEA, así como el apoyo a las familias. El hecho de que en el momento actual no exista un tratamiento específico que cure los TEA no significa que no se hayan de aplicar los tratamientos que se han demostrado eficaces en la mejora de la sintomatología y del curso y evolución de los pacientes con TEA. Las terapias no farmacológicas (tratamientos psicopedagógicos, cognitivos y / o conductuales) son las de elección actualmente. Las familias de niños con TEA necesitan orientación profesional y deben participar en la aplicación de los tratamientos. Hay evidencia científica que programas psicoeducativos estructurados y con la participación de padres y familiares, aplicados precozmente, cambian la evolución de una manera determinante. Además, es necesario informar y prevenir las familias sobre la existencia de propuestas terapéuticas no basadas en los conocimientos médicos validados.
- Por último, es necesario insistir en la necesidad ineludible de incrementar las líneas de investigación en torno a los TEA.