“La masificación de las consultas impide dedicar los minutos necesarios para detectar este problema de primer orden para la sociedad española y para ofrecer las soluciones oportunas a sus pacientes víctimas de violencia de género”, según insisten.
Los profesionales advierten que casi la mitad de los médicos de familia tienen cupos de más de 1.500 personas, y que estos cupos suponen una sobrecarga de trabajo en consulta diaria, que se agrava con la falta crónica de sustituciones.
El médico de atención primaria –explican- por su accesibilidad, continuidad en la asistencia y conocimiento del contexto familiar tiene un papel fundamental, ya que casi todas las víctimas que han sufrido una agresión incrementan la frecuentación a la consulta de primaria.
Si se tiene en cuenta que sólo la tercera parte de las mujeres maltratadas se consideran a sí mismas víctimas, la importancia del médico de AP en la prevención, detección precoz y orientación adquiere un papel capital, según señalan.
El papel del médico de familia comienza con la prevención
Según afirman, el papel del médico de Familia comienza con la identificación de las mujeres de mayor riesgo y vulnerabilidad, estando alerta ante factores como la historia de violencia en la familia de origen, el bajo nivel cultural y socioeconómico, el aislamiento psicológico y social, la baja autoestima, el desempleo o el consumo de alcohol y drogas, entre otros.
También recomiendan conceder especial importancia a la detección precoz, incorporando a la consulta diaria preguntas facilitadoras, como por ejemplo: ¿cómo van las cosas en la familia?
En el caso de sospecha, explican que se debe valorar el riesgo de cualquier tipo de agresión o de suicidio y elaborar un plan de actuación y protección con los recursos disponibles. Se orientará, ofrecerá apoyo psicosocial y facilitará el contacto con grupos y asociaciones que trabajen en este campo e incluso, si se cree necesario, se realizará notificación al juzgado. Si hubiera hijos menores, pueden ser testigos o víctimas de la violencia, por lo que se debe contactar con el pediatra del centro de salud para el seguimiento de la sospecha.