La consejera de Salud, Alba Vergés, ha presentado la última Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA) 2017, acompañada del secretario de Salud Pública, Joan Guix, y de la directora del Área de Atención Sanitaria del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Cristina Navidad. Una de las principales conclusiones de la muestra es que, en general, las mujeres tienen comportamientos más saludables que los hombres pero tienen peor percepción de su estado de salud y de su calidad de vida relacionada con la salud.
Así, según la ESCA 2017, las mujeres fuman menos que los hombres (18,5% frente al 29,7%); hacen un consumo de riesgo de alcohol menor (1,5% frente al 5,4%), y siguen más la dieta mediterránea (65,3% frente al 56,6%). Ahora bien, a pesar de estos comportamientos más saludables tienen una prevalencia más alta de problemas crónicos y discapacitantes. En este sentido, se señala que hay que profundizar en los determinantes sociales para mejorar el estado de salud de la población y reducir las desigualdades.
Durante la rueda de prensa, la consejera de Salud, Alba Vergés, se ha expresado en la misma línea. Ha señalado que "hay que seguir profundizando en los determinantes de la salud para reducir las desigualdades" y ha resaltado que "es importante poner énfasis en la perspectiva de género cuando hacemos políticas de salud. Los datos así lo demuestran", remachó.
La depresión mayor o grave es superior en las mujeres
Otro capítulo destacado de la Encuesta es el de la salud mental. La muestra indica que el 8,8% de las mujeres sufren una depresión mayor o grave frente a un 3,6% de los hombres. Además, se observa que las clases sociales menos favorecidas, con menos estudios y con más edad tienen más prevalencia. Por tanto, según la ESCA, las estrategias de abordaje global a la salud mental deben partir de un enfoque que tenga en cuenta las características socioeconómicas y culturales de la población.
De las personas de 75 años y más que viven solas, 3 de cada 4 son mujeres
La ESCA también hace una radiografía de las personas mayores de 75 años que viven solas en Cataluña. Representan un 27,2% de este grupo de edad, es decir, cerca de 190.000. El 12,4% de los hombres de 75 años y más viven solos y el 36,6% de las mujeres de 75 años y más viven solas. En este sentido, 3 de cada 4 personas de 75 años y más que viven solas son mujeres. Estas tienen un estado de salud similar a las mujeres que viven acompañadas pero se observa un porcentaje más elevado de dependencia y de privación material más grave, es decir, dificultades para pagar las facturas de alquiler o hipotecas, los servicios y bienes (teléfono , lavadora y televisor), o mantener el hogar adecuadamente caliente. Entre los hombres mayores de 75 años que viven solos, la diferencia que resalta respecto a los que viven acompañados es el menor seguimiento de la dieta mediterránea.
Crece la alfabetización para la salud suficiente
Casi el 90% de la población catalana de 15 años y más tiene una alfabetización para la salud suficiente, es decir, que goza de habilidades para entender y utilizar la información sanitaria de forma que puede mantener y promover una buena salud. Esta proporción ha crecido más de 4 puntos respecto al 2014. La mejora en estos tres años se ha producido por un aumento de la alfabetización en mujeres, en las personas jóvenes de entre 15 y 44 años; y en aquellas que tienen estudios universitarios y secundarios.
De la Encuesta también se observa que ha disminuido la población catalana con una alfabetización para la salud no suficiente, pasando de un 14,1% en 2014 a un 10,4% en 2017. El perfil de este grupo sería el de personas de 65 años y más, de clase social menos favorecida y con estudios primarios o sin estudios. En relación con el estilo de vida y el estado de salud, como aspectos positivos no son fumadores y siguen una dieta mediterránea, y como negativos, presentan un consumo de riesgo de alcohol y depresión. Asimismo, utilizan más los servicios hospitalarios.
Los niños hacen más ocio activo que las niñas
Finalmente la muestra también se centra en los niños y adolescentes, y concluye que casi la mitad de los niños de entre 3 y 14 años (un 46%) tiene un ocio sedentario, es decir, mira la televisión o juega con videojuegos u ordenadores dos horas o más cada día de la semana frente al 33,6% de las niñas, y este ocio sedentario crece a medida que aumenta el grupo de edad. Al mismo tiempo, también son los niños los que tienen un ocio más activo que las niñas. Así, el 33,6% de los niños y el 28,7% de las niñas hace al menos una hora al día de deporte o de juego en el parque o en la calle.
De la Encuesta, también se desprende que el 36,3% de los niños de entre 6 y 12 años tienen sobrepeso, con un porcentaje superior en los niños que las niñas (39,1% frente a un 33,2%).
La ESCA también pone de manifiesto que la clase social de las familias y el nivel de estudios de la madre influye en el consumo diario de bebidas azucaradas y en la cantidad de horas que duermen. Así, los niños de clases más desfavorecidas hacen un mayor consumo de este tipo de bebidas y duermen menos horas que los de clases acomodadas o con un nivel de estudios de la madre más elevado (estudios universitarios frente a estudios primarios o sin estudios).