Un estudio del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol (IDIAPJGol) ha demostrado que con una intervención multifactorial en el primer nivel asistencial se puede frenar y mejorar la dificultad de movilidad, la pérdida de funcionalidad física y cognitiva y la polifarmacia en pacientes frágiles.
"La fragilidad está asociada al envejecimiento y supone una pérdida de capacidades para desarrollar las actividades de la vida diaria, una mayor vulnerabilidad y un aumento del riesgo de caídas, hospitalización, incapacidad y mortalidad. Pero este proceso es reversible, sobre todo si se detecta de forma precoz y se diseñan estrategias de prevención", explica Laura Romera Liebana, investigadora principal del estudio del Grupo FRAGICAP y socia de la CAMFiC.
El proyecto Fragility, del Grupo FRAGICAP del IDIAPJGol, es el primero que pone en práctica una terapia multifactorial hecha en la atención primaria que aborda la vertiente física, nutricional, neurocognitiva y farmacológica, y evalúa si puede modificar los parámetros de fragilidad física (fuerza muscular, elasticidad, equilibrio) y cognitiva (atención, velocidad de pensamiento, memoria) en personas de edad avanzada.
Para ello, se realizó un ensayo clínico en el que participaron los equipos de atención primaria Raval Nord, Ciutat Vella y Manso, del Instituto Catalán de la Salud, junto con el Servicio de Rehabilitación de Drassanes. Se seleccionaron 352 pacientes, de 65 años o más, con detección positiva de fragilidad y se dividieron en dos grupos. Los participantes del grupo de control recibieron la asistencia habitual mientras que los participantes del grupo de intervención participaron en un programa de 12 semanas que consistió en entrenamiento físico y cognitivo programado, ingesta de batidos hiperproteicos y revisión de fármacos prescritos.
"Una vez finalizada la intervención se hizo una entrevista de evaluación que se repitió a los 18 meses. Las principales variables relacionadas con la fragilidad que se analizaron (funcionalidad física y cognitiva, y polimedicación) mostraron mejoras significativas desde la primera evaluación en el grupo de intervención, mientras que en el grupo de control el resultado fue el contrario", asegura Laura Romera ─médica de familia, investigadora del IDIAPJGol y socia de la CAMFiC.
El 98,6% de los participantes completaron el estudio, el 75,3% eran mujeres con una media de edad de 77,3 años. A los 3 y 18 meses, en el grupo de intervención se registraron mejores puntuaciones en las pruebas de rendimiento físico y mental que en el grupo de control. En cuanto a la revisión de medicación, después de la terapia, la polifarmacia bajó un 9,6% en el grupo de intervención, mientras que en el grupo de control aumentó un 4,5%.
El Programa de intervención puesto en práctica durante el estudio duró doce semanas. Dos veces por semana se realizaron, en cada CAP, sesiones de grupo de una hora de actividad física estructurada, dirigidas por fisioterapeutas. Durante las semanas que duró el entrenamiento físico cada participante se tomó cada día un batido nutricional hiperproteico. También se realizaron 12 talleres prácticos de memoria de 90 minutos (escritura, oral, corporal, y musical), que llevaron a cabo logopedas de la Unidad, dos veces por semana. Paralelamente se revisó la medicación que tomaban, poniendo especial atención en los ansiolíticos y antidepresivos, siguiendo los criterios STOPP, una de las herramientas más utilizadas en Europa para detectar posibles errores de tratamiento en ancianos.
Según Laura Romera y los investigadores del estudio Fragility del Grupo FRAGICAP del IDIAPJGol, "esta intervención es fácilmente transferible a la práctica clínica y la evidencia de sus efectos beneficiosos, a corto y largo plazo para personas frágiles y ancianos, aconsejan su priorización en el ámbito de la atención primaria como estrategia para un envejecimiento saludable y la reducción de riesgos".