“La atención a la cronicidad precisa cambios en las políticas sanitarias y en la organización de la asistencia, pasando de un modelo de atención a la enfermedad aguda (curación de episodios) a un modelo de atención a las condiciones crónicas”, tal y como defiende José Luis Llisterri, presidente de SEMERGEN, quien demanda “un gestión integral de la cronicidad desde una perspectiva poblacional: pacientes, cuidadores, profesionales sanitarios y sistema deben estar coordinados”.
Dando un paso más en los cambios que se proponen para abordar los problemas de salud del paciente crónico complejo, en la conferencia magistral del Congreso se abordó un novedoso concepto de salud. Alejandro Jadad, director del Instituto para la Innovación en Salud Global y Equidad y profesor en la Universidad de Toronto (Canadá), defendió que es posible que una persona con enfermedades crónicas complejas pueda sentirse saludable.
Según defiende este experto, “todas las personas, aún las que se consideran más enfermas (incluyendo a quienes tienen enfermedades terminales, incurables), pueden sentirse saludables al mismo tiempo”. Y es que, reconoce, “la definición de salud que el mundo ha utilizado desde 1948, cuando la Organización Mundial de la Salud fue creada, hace imposible que la gran mayoría de las personas puedan considerarse saludables, ya que requiere que tengamos un estado de completo bienestar físico, mental y social”.
Por eso, Jadad apuesta por la conceptualización de la salud como la habilidad para adaptarnos y (auto)gestionar, como personas o comunidades, los desafíos físicos, mentales o sociales que nos presente la vida. “Esto nos da la posibilidad a todos de sentirnos saludables, aún cuando hayamos sido diagnosticadas con enfermedades, incluyendo las complejas y las terminales”, afirma, al mismo tiempo que anima “a asumir este cambio de concepto”. Y es que, asegura, “si creemos que es posible sentirse saludable aún en presencia de enfermedades complejas, comenzaremos a ver muchas posibilidades a nuestro alcance, y recursos en abundancia con los que lograrlos”.
En España, el 71% de la población (según la Encuesta Europea de Salud del 2014, realizada por el Instituto Nacional de Estadística) considera que tiene buena salud. Tal y como detalla Alejandro Jadad, “la mayoría de las personas con enfermedades complejas, cuando se les pregunta sobre su propia percepción, consideran su salud como buena, muy buena o excelente”. Desde el punto de vista médico, esto tiene gran trascendencia, ya que “el objetivo primordial de la Medicina debe ser el de permitir que todas las personas puedan sentirse saludables, independientemente de los desafíos físicos, mentales o sociales que enfrenten durante la vida”.
A juicio de Jadad, “hemos medicalizado la vida y esto hace que tengamos una sociedad enferma”. Por eso, demanda, “ha llegado la hora de enfocarnos en crear las condiciones que nos permitan rescatar la salud como el indicador y objetivo más importante para el sistema sanitario, para los profesionales, para los pacientes y para el público en general”.