Un estudio del Instituto de Investigación en Atención Primaria (IDIAP) Jordi Gol evalúa las estrategias para la captación de mujeres con un cribado incorrecto de cáncer de cuello uterino, a fin de reducir la incidencia y mortalidad. El estudio parte de la base que en la situación de cribado oportunista organizado, que es lo que se da en Cataluña, sólo el 41,6% de las mujeres tienen un cribado cervical adecuado.
Amelia Acera, ginecóloga y coordinadora clínica de la ASSIR Cerdanyola-Ripollet y miembro del Grupo de Investigación ASSIR (GRASSIR) de IDIAP Jordi Gol, ha desarrollado el estudio CRICERVA en el SAP Cerdanyola - Ripollet, con una población asignada de 120.292 personas mayores de 14 años y de las que se han elegido todas las mujeres de entre 30 y 70 años con ausencia de información de cribado de cáncer de cuello uterino durante los últimos 3,5 años, para hacer el estudio.
En el análisis realizado a partir de la historia clínica informatizada del ICS se estima que un 48,59% de las mujeres no tienen un cribado adecuado de cáncer de cuello uterino. También se ha detectado que de las mujeres identificadas inicialmente con un cribado insuficiente, el 10,7% se visitan en centros privados y que el 20,1% no requieren un seguimiento activo.
Amelia Acera afirma que "si invitamos de manera personalizada a las mujeres con un cribado insuficiente y les ofrecemos más información, aumenta en un 20% la cobertura, que llegaría así hasta el 84,1%". El estudio recomienda el uso de métodos de contacto individuales y la asignación de una fecha fija para aumentar notablemente la participación en el cribado. Es por ello que Acera insiste en que "aumentar la cobertura sirve para detectar la enfermedad en estadios con posibilidad de tratamiento". El estudio también concluye que la edad es un factor importante, ya que se detecta un mayor impacto en las mujeres de entre 50-60 años y un menor impacto entre las mujeres jóvenes. Sin embargo, las mujeres jóvenes, menores de 40 años, tienen un mayor contacto con el servicio y, por tanto, con el estudio se consigue una cobertura de hasta el 94%. Y en el caso de las mujeres mayores, las mayores de 60 años, se parte de una cobertura más baja y se consigue llegar al 64,4%.
Las conclusiones del estudio son que hay que implementar estrategias poblacionales de cribado de cáncer de cuello uterino, que citar las mujeres de manera activa incrementa la participación y la cobertura, y que hay que implementar auditorías periódicas para detectar fallos en el sistema.
En el caso de Cataluña, la cobertura citológica de cada 3 años es del 40,8% y se estima que el 30% de las mujeres van al sector privado para el cribado. Al mismo tiempo, se constata que la mayoría de las mujeres con cáncer no tenían historial previo de cribado.