Uno de cada diez ingresos en las unidades de urgencias de los hospitales corresponde al 1% de la población que tiene una salud más delicada. Este colectivo también acude de manera más frecuente a los centros de atención primaria. De media, realiza unas 31 visitas anuales frente a las 6 de la población asignada al Instituto Catalán de la Salud (ICS). El colectivo de población con un riesgo clínico menor visita el CAP menos de tres veces al año. El gasto en farmacia también es más alto entre los pacientes que tienen un riesgo más elevado. Así, el 1 % de las personas que tienen una salud más precaria consumen medicamentos por valor de 1.324 euros anuales, frente a los 13 euros que gastan los pacientes que tienen el riesgo más bajo.
Durante 2016 las personas que se encontraban dentro del grupo de riesgo clínico más elevado ingresaron de urgencia en el hospital más de 40 veces, mientras que la población que estaba clasificada dentro del grupo de riesgo muy bajo lo hizo menos de dos veces, como promedio.
Los pacientes que tenían un estado de salud más frágil visitaron 12 veces más el CAP que los que estaban clasificados dentro del grupo con menos riesgo clínico, y consumieron cien veces más en medicamentos.
Grupos clínicos
Para poder dar respuesta a las necesidades asistenciales de la población y gestionar los recursos de manera eficiente, los sistemas sanitarios necesitan conocer las necesidades asistenciales que tienen los usuarios a partir de sus problemas de salud. Para poder hacer un seguimiento de esta información, hay en el mercado varias herramientas que permiten clasificar a las personas en diferentes categorías. Las herramientas más conocidas son el Clinical Risk Group (CRG), desarrollada por la empresa 3M, y los Adjusted Clinical Groups (ACG), de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore (Estados Unidos). Estos modelos, que se utilizan en todo el mundo, calculan la complejidad clínica a partir de criterios asistenciales y económicos, pero están basados en la realidad sanitaria estadounidense.
En el ICS se utiliza un sistema propio, llamado Grupos de morbilidad ajustada (GMA), que se adapta mejor a las características de la población y del sistema sanitario catalán que las otras herramientas y que, además, permite asignar un valor único de complejidad a cada individuo, lo que no es posible en los modelos anteriores. Esto permite estratificar la población según sus necesidades asistenciales.
Cinco grupos
Los GMA permiten separar a los pacientes en cinco grupos, según su nivel de riesgo clínico. De los 5.599.073 personas asignadas a la atención primaria del ICS (74% de la población de Cataluña), la mitad están clasificadas en el grupo de riesgo clínico muy bajo; el 30%, en la categoría de riesgo bajo; el 15%, en el conjunto de riesgo moderado; el 4%, en el grupo de riesgo alto, y el 1 %, en la agrupación de riesgo muy alto.
Como es evidente, a medida que aumenta la edad, la proporción de personas con un estado de salud más frágil también es más alta. Así, el 97% de los pacientes que se encuentran en el grupo con un riesgo superior tiene más de 60 años y el 56%, más de 80. Los mayores de 60 años representan el 24% de la población asignada y los mayores de 80, el 6%.