Según este estudio, uno de cada diez consumidores de metanfetamina requirió tratamiento (un 4,8% de asistencias médicas), siendo mucho más alto el porcentaje en mujeres respecto a los hombres; concretamente, un 8,2%. “La metanfetamina tuvo un declive en España y se convirtió durante años en una droga de consumo en nichos culturales, pero ahora vuelve a estar de moda entre usuarios más jóvenes, en ocasiones en la adolescencia o edades tempranas, y no solo asociada al ocio, como sucedía tradicionalmente, sino también entre semana”, asegura Joaquín Descals, director médico de Triora, clínica de referencia en el tratamiento de las adicciones. “Esto es un fenómeno preocupante, ya que cuanto más precoz es la edad de inicio, más potencial adictivo. Pero, aunque el consumo de metanfetamina está aumentando, la prevalencia en el consumo de cannabis y cocaína sigue siendo mayor.”
A la metanfetamina le sigue a poca distancia el cannabis sintético o spice, que afecta al cerebro de una forma mucho más potente que la marihuana y que originó que uno de cada 30 consumidores buscara tratamiento médico de urgencia. Igualmente, siguen aumentando las asistencias médicas de consumidores de cocaína y MDMA.
En el otro extremo, GDS posiciona las setas alucinógenas como las drogas más seguras del mercado, responsables de tan solo el 0,2% de visitas hospitalarias. “Hay que recordar que no hay ninguna droga cuyo consumo sea del todo seguro”, alerta Joaquin Descals. “Es preocupante que muchos de los consumidores de estas sustancias que acaban solicitando ayuda médica hagan uso del policonsumo, mezclando estas drogas con alcohol. Esto puede aumentar el riesgo y ocasionar crisis de pánico, lesiones, desorientación, etc.”
GDS también pone el foco en el vaping, la nueva forma de consumir drogas sintéticas disueltas en los cigarrillos electrónicos. Si bien las preparaciones a base de cannabis siguen dominando este terreno, están creciendo las realizadas mediante otras drogas, aunque su uso es aún minoritario.