La esteatosis una enfermedad progresiva que puede acabar desencadenando un cáncer de hígado y para la que aún no hay un tratamiento, como explica el coordinador de este nuevo hallazgo, el investigador del CIBEROBN, Rubén Nogueiras, adscrito también al Departamento de Fisiología e integrante del grupo de Metabolismo Molecular de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). La esteatosis tiene cada vez un mayor alcance en la población, estando íntimamente asociada además a enfermedades como la obesidad y la diabetes tipo II. Ésta es la primera etapa de una dolencia cuya evolución podría derivar a esteatohepatitis, fibrosis, cirrosis y finalmente cáncer de hígado.
Por su papel como supresoras tumorales, se había documentado la capacidad de p53 y p63 como factores de transcripción, regulando el ciclo de desarrollo celular, la capacidad de proliferación o como inductores de la muerte celular programada (apoptosis), pero “su labor en el metabolismo es prácticamente desconocido”, aclaran Rubén Nogueiras y la primera firmante del trabajo que ahora acaba de publicar la revista de alcance mundial Nature Comunications, Begoña Porteiro.
El nuevo trabajo de este equipo revela la posibilidad de revertir la esteatosis, concretamente el “estudio muestra por vez primera que la activación de p53 y la inhibición de p63, y más concretamente una isoforma específica llamada TAp63, reducen la acumulación de grasa en el hígado de modelos animales con esteatosis, dado que disminuye la síntesis de los lípidos”. A estos datos los investigadores también añaden la corroboración obtenida en células hepáticas de origen humano, dado que pacientes con esteatosis presentan niveles elevados de p63, “por lo que los resultados pueden ser clínicamente relevantes”.
En este estudio ha participado también personal investigador de Center for Cooperative Research in Biosciences del País Vasco (CIC Biogune), del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd), del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), del Hospital Universitario de Salamanca y de la Universidad de Córdoba.