“Promover los valores y las virtudes que debe tener un médico para ser un buen médico es el objetivo del documental, realizado, sobre todo, con una función educativa pensando en los más jóvenes, ya que es importante que conozcan aquellas virtudes intrínsecas a la profesión, como el compromiso con el paciente, la voluntad o la búsqueda de la excelencia", explica Benjamín Herreros, director del documental y coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética de la SEMI.
Para ello, este documental asocia cada virtud a un personaje destacado en la historia de la medicina española.
Como ejemplo del primero, la voluntad, se sitúa a la figura del profesor Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906 y ejemplo de genialidad, tenacidad y perseverancia. “Sin medios y sólo con su capacidad intelectual, su voluntad de estudio y su imaginación revolucionó la ciencia”, subraya Fernando Bandrés, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
El filósofo y escritor Javier Sádaba apunta que por todo ello “debería conocérsele muchísimo más”. En esta línea, el presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Miguel Ángel Sánchez Chillón, explica que “el ICOMEM, y yo de forma personal, nos hemos propuesto darle el lugar que se merece y estamos trabajando mucho para crear el Museo Ramón y Cajal”.
Otro de los valores destacados en el ejercicio de la Medicina es el sacrificio. “Si quieres una vida fácil, si no estás dispuesto a dar nada más de lo que te piden no es el camino”, afirma Carmen Suárez. Un documento histórico, con la voz de Severo Ochoa, reafirma esta tesis y destaca la figura de D. Juan Negrín: “Para formarse como médico y acercarse a la excelencia profesional es necesario realizar esfuerzos y sacrificios que sólo darán frutos a largo plazo; Juan Negrín cultivó ambas virtudes en la práctica de la Medicina”.
La investigación es otra característica importante de la profesión médica. Y, en este caso se destaca en el documental la figura de Severo Ochoa, que no entendía la Medicina sin investigar y a quien le fue concedido el Premio Nobel de Medicina en 1959 por sus aportaciones sobre el código genético y la síntesis del ácido ribonucleico. “El médico debe investigar, conocer los resultados de la investigación como instrumento para lograr su auténtico fin, solucionar los problemas de las personas”, indica el historiador Miguel Ángel Sánchez González.
Sin embargo, si hay un valor destacado por encima de los demás es la humanidad. El enfermo espera además de cualificación médica comprensión y sensibilidad y en “Ser médico” se ensalza la figura del Gregorio Marañón, ya que su obra sintetiza la ciencia y la vocación de servicio. Eloy Pacho, que también es paciente, destaca que a “los pacientes les gusta que les toquen” y que lo que intenta transmitir a los estudiantes a los que da clase es que “el médico que no es ser humano es un mal médico”. Esta idea es apoyada también por Miriam Sánchez, también paciente: “Lo que esperamos es que te traten bien, te dejen hablar y explicar lo que necesitas”.
La búsqueda de la excelencia también debe guiar al médico y. Carlos Jiménez Díaz no dejó de buscar lo mejor para él y sus pacientes, ya que tras finalizar sus estudios en España de la mano de Santiago Ramón y Cajal completó su formación en Alemania, lo que le llevó a modernizar la Medicina Interna y ser el impulsor de las especialidades. “Hay mucho trabajo y mucho sacrificio de muchos compañeros que han dedicado su vida entera para que tengamos un conocimiento y estemos en disposición de dar un servicio al ciudadano”, subraya el presidente del ICOMEM.
En el documental “Ser médico” también se pone de manifiesto la importancia de la universalidad ya que hasta mediados del siglo XX existían enormes desigualdades en la atención de los pacientes. En este afán se destaca el trabajo de José María Segovia de Arana y su equipo por conseguir el acceso a la sanidad de todos los ciudadanos. Además, el sindicalista y también médico, María Fidalgo resalta de su labor “la formación de postgrado, a través del sistema MIR, que es la mejor que existe y que debería copiarse”.
El compromiso con los pacientes es otro de los valores que debe definir al médico. Y, en este caso se pone el ejemplo de Luis Buzón, quien descubrió en los años 80 el origen de la intoxicación que afectó a más de 20.000 personas en España, el síndrome tóxico por aceite de colza desnaturalizado.
“Es la única profesión que merece la pena”, asegura el director de cine, José Luis Garci que también interviene en el documental que refleja la historia de la Medicina a través de sus grandes protagonistas y sus virtudes.