Los tratamientos paliativos disponibles solo pueden aspirar a ralentizar el progreso de la enfermedad hasta que, de forma inexorable, se produce una desconexión total si el enfermo vive los años suficientes. La ciencia trata de ganar esta carrera contrarreloj porque el factor tiempo es esencial para reducir el número de personas que se verán afectadas por demencias asociadas a la edad. El Alzheimer, la enfermedad neurodegenerativa más prevalente de todas, provoca un daño neuronal masivo desde sus primeros estadios y en zonas específicas del cerebro responsables de gestionar la información, que permiten pensar, comunicarse y actuar. La búsqueda de nuevos y más tempranos marcadores de la enfermedad y de tratamientos capaces de modificar su evolución en cualquier fase de desarrollo es el objetivo de muchos equipos de investigación en todo el mundo.
Pero ese desafío es sólo una parte del problema. Muchos médicos han afrontado el dilema de informar sobre el diagnóstico a pacientes con síntomas muy evidentes, y no era infrecuente el rechazo de los familiares a hacerlo. Afortunadamente, esa tendencia ha cambiado y hoy se promueve que es conveniente saberlo cuanto antes para que el paciente tenga la oportunidad de poner en orden sus asuntos personales, económicos o profesionales, y de igual forma, que su familia esté mejor preparada para afrontar una enfermedad que implica graves alteraciones del comportamiento y la ausencia final del ser querido. Todo paciente suele tener un cuidador principal sobre el que recae el mayor peso de la enfermedad, aunque sus consecuencias alcanzan a otros miembros de la familia. En España se estima que unos tres millones de personas tienen relación directa con el Alzheimer.
Al ritmo actual de envejecimiento de las sociedades occidentales, los expertos temen que el número de personas con Alzheimer se podría duplicar o triplicar en las próximas dos décadas, una carga enorme para los sistemas sanitarios que también recae de manera aún más significativa sobre las familias. La información es una de las mejores herramientas de prevención, y en este sentido se promueven campañas, como la que lleva por lema «Mejor saberlo», que tratan de mejorar las oportunidades de luchar contra la enfermedad a todos los implicados. Una reciente encuesta de Alzheimer Europa, que coordina a las asociaciones nacionales contra el Alzheimer de 27 países, indica que más del 85% de los encuestados en cinco países afirman que, si presentaran confusión y pérdida de memoria, les gustaría saber si la causa de estos síntomas es la enfermedad de Alzheimer, y más del 94% desearía saberlo si el afectado es un miembro de su familia. En cuatro de los cinco países, entre ellos España, la enfermedad de Alzheimer era el segundo mayor temor relacionado con la salud después del cáncer.