Así lo afirmaron los expertos reunidos en el I Simposio Internacional de Medicina Hiperbárica y Heridas Crónicas que se celebra este jueves en Madrid y que cuenta con la presencia del doctor Thomas Serena, presidente de la Asociación Americana Profesional del Cuidado de las Heridas y vicepresidente del Colegio Americano de Medicina Hiperbárica. Durante el mismo se presenta el Instituto Nacional de Medicina Hiperbárica (INMH), una asociación multidisciplinar sin ánimo de lucro cuyo objetivo es promover el conocimiento e investigación en torno a esta terapia.
Una investigación reciente publicada en Undersea & Hyperbaric Medicine confirma el efecto positivo de la terapia con oxígeno hiperbárico en el proceso de curación de una úlcera diabética. “La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) aumenta de manera notable la cantidad de oxígeno disuelto en el plasma, lo que permite recuperar la función celular de los tejidos dañados, mejorar la infección y acelerar el proceso de cicatrización, lo que reduce el riesgo de amputación”, apunta la doctora Clara Beltrán, presidenta del INMH.
La oxigenoterapia hiperbárica “es una modalidad terapéutica basada en la respiración de oxígeno puro a una presión superior a la presión atmosférica, en el interior de cámaras especialmente preparadas para ello”, subraya Beltrán. Con ello se consigue aumentar hasta 23 veces la cantidad de oxígeno transportado por la sangre. “Así incrementa su presión parcial y facilita su difusión a los tejidos hipóxicos, de lo que se derivan una serie de efectos muy beneficiosos, como el incremento de la capacidad de neovascularización, la producción de fibroblastos y de colágeno, el estímulo de la actividad osteoblástica y osteoclástica o el efecto bactericida sobre gérmenes anaerobios”, indica.
Por tanto, añade esta especialista, “es muy recomendada para el tratamiento en las heridas de difícil cicatrización como el pie diabético ya que, gracias a la apropiada oxigenación se consigue iniciar el proceso de reparación de la herida, lo que implica también un factor determinante para la velocidad de las funciones celulares implicadas en la recuperación”. También mejora otro tipo de enfermedades en las que existe hipoxia tisular como las lesiones por aplastamiento, los síndromes compartimentales y otras isquemias traumáticas agudas, las infecciones necrotizantes de tejidos blandos, especialmente la gangrena gaseosa, y las lesiones radioinducidas.