Durante la presentación de la misma, Antonio Iniesta, coordinador de la obra, señaló que ‘una adecuada gestión de los riesgos psicosociales no sólo mejora el bienestar y la salud de las personas, sino que también favorece su compromiso con el proyecto empresarial. La salud psicosocial de la empresa es una gran oportunidad para innovar, ser competitivo y garantizar su sostenibilidad’.
Factores más estresantes.
Antonio Meléndez López, especialista en Medicina del Trabajo, enumeró factores como la sobrecarga de trabajo, bajo control, falta de apoyo, inseguridad laboral, horario prolongado o baja remuneración, pero también hizo hincapié en que la capacidad para superar todos estos condicionantes está muy relacionada con “las propias vivencias personales (satisfacción/frustración), salud física, ser capaz de hacer frente a las exigencias y en la fortaleza psíquica de cada persona”.
En la misma línea se manifestó Carmen Serrano (vicepresidenta de la AEEMT): “las casusas no sólo derivan de las condiciones de la empresa, también influyen las vivencias personales y el entorno social, y ahí entra en juego la resistencia psíquica y física de cada persona”.
Por su parte, Iniesta matizó que, en la actualidad, “la precariedad laboral es otro de los factores desencadenantes del estrés, y que existen sectores sociales como las familias monoparentales, trabajadores de edad avanzada o personas con discapacidad que pueden ser más vulnerables”.
Para Serrano, las profesiones más vulnerables al estrés son las que mantienen un contacto diario y cercano con el público, como pueden ser la enseñanza o la sanidad, sin olvidar las profesiones de riesgo físico (policías, bomberos, etc.).
Según se señala en la publicación, las principales consecuencias del estrés laboral en el trabajador son:
- Incremento en la actividad del cortisol y las catecolaminas, afecta a los niveles de glucemia, aumenta la tensión arterial, favorece la arteriosclerosis, incrementa los factores de riesgo cardiovascular, interviene en el mantenimiento del dolor crónico a nivel cervical y lumbar de causas mecánicas, provoca trastornos gastrointestinales, hiper-o hipoventilación, interviene en diferentes procesos dermatológicos y forma parte de la génesis y el desencadenamiento de las crisis de cefalea y migraña.
- Afecta a la salud mental del trabajador, siendo el desencadenante de alteraciones emocionales, cognitivas y comportamentales que pueden originar trastornos depresivos, trastornos de ansiedad y trastornos adaptativos.
- Origina alteraciones estructurales a nivel organizativo en la empresa, entre las que hay que destacar el incremento del absentismo/presentismo, la disminución del rendimiento y la productividad y el incremento de conductas inseguras, que pueden poner en peligro la capacidad productiva, el funcionamiento y la eficacia de la empresa.