Los organismos científicos y profesionales reconocen ya el impacto de la relación entre enfermedades periodontales y algunas enfermedades cardiovasculares, insistiendo en la necesidad de emprender actuaciones para la prevención de ambas patologías. Así, la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) reconoce a la enfermedad periodontal como factor de riesgo cardiovascular y, por su parte, la Federación Europea de Periodoncia (EFP) ha divulgado un manifiesto en que se subraya que “los médicos deben ser conscientes de que la periodontitis es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular aterosclerótica y deben aconsejar a los pacientes sobre el riesgo de la inflamación periodontal para la salud general, así como para la salud oral”.
En este informe se demanda que los cardiólogos informen a los pacientes de esta relación entre el sistema cardiovascular y la salud de la boca, así como de los cuidados que deben seguirse; por su parte, se exige a los dentistas que valoren entre sus pacientes a aquellos que puedan tener un riesgo cardiovascular mayor, les identifiquen y recomienden unas medidas básicas.
Además de ponerse de relieve la plausibilidad biológica y la asociación epidemiológica entre la enfermedad periodontal y cardiovascular, en el informe se extraen ideas y reflexiones concluyentes sobre las evidencias clínicas más recientes que vinculan estas enfermedades sistémicas. Junto a esto, y como valor añadido innovador, el documento incorpora las principales recomendaciones de organismos internacionales basadas en documentos de expertos.
Cardiólogos y odontólogos atribuyen, en gran parte, esta estrecha vinculación entre corazón y boca a la gran cantidad de bacterias que se sitúan bajo la encía y que pueden pasar a la sangre y afectar a otras zonas del organismo, además de aumentar el nivel de inflamación de todo el cuerpo.