La aplicación del reiki (terapia de origen japonés) consiste en canalizar la energía del paciente hacia un punto, colocando las manos sobre su cuerpo de manera estratégica. Hay terapeutas que apoyan las manos sobre el cuerpo y otros que sólo las acercan, dependiendo de las preferencias del experto y del paciente. Esta terapia a menudo se acompaña de ejercicios de respiración y de la repetición de pensamientos positivos. La combinación de todas estas actividades provoca efectos visibles en el enfermo como la mejora del sueño, la disminución de la ansiedad y el estrés, o la mejora del estado de ánimo del paciente.
Según Enric Pérez, voluntario del CSG formado para impartir técnicas de reiki, "es fundamental informar al paciente de que el reiki no es una terapia curativa, sino que es una actividad que le ayudará a controlar su mente y sentirse más relajado".
Las sesiones de reiki suelen tener una duración de 45 minutos, durante los cuales se intenta que el paciente conecte con el terapeuta a través de diferentes ejercicios. Hasta el momento han participado 15 usuarios en este programa.
El Equipo de Atención Psicosocial (EAPS) del CSG que forma parte del Programa de Atención al enfermo avanzado de la Obra Social La Caixa, ha iniciado este proyecto para ofrecer un servicio complementario a la atención asistencial a personas con enfermedades de larga duración y residentes.