Desde hace un año, un equipo multidisciplinario del Hospital con especialistas en cirugía fetal, obstetricia, neurocirugía, ortopedia, anestesia, radiología, neonatología, rehabilitación, urología, enfermería, etc., realiza estas intervenciones por vía fetoscópica; una técnica mínimamente invasiva (cirugía no abierta) que consiste en entrar en el útero de la madre por dos pequeños orificios (sin necesidad de abrirlo) para llegar a la zona lumbar del feto y operar la malformación. Una vez liberada la médula en el defecto del feto, se protege con unos parches biocompatibles que sustituyen las capas que faltan. Después se cierra la zona del defecto con un bioadhesivo sellador que protege la médula espinal del contacto con el líquido amniótico. A medida que el feto va creciendo, la piel acaba sustituyendo el adhesivo y cubriendo el parche. Cuando el niño nace, el defecto, que ha sido protegido, puede estar cerrado y recubierto de piel. Esta técnica innovadora para sellar el defecto del feto fue ideada y desarrollada por el Grupo de Bioingeniería, Ortopedia y Cirugía Pediátrica del Vall d'Hebron Instituto de Investigación, tras años de experimentación de cirugía en modelos animales.
La combinación de estas dos técnicas pioneras —operar por fetoscopia al feto y proteger su médula espinal colocándole un parche especial que permitirá cerrar el defecto aprovechando las ventajas de la cicatrización fetal— ha dado buenos resultados en los 9 casos en que se ha realizado hasta ahora, ya que 6 de ellos han nacido a término (reducción de la prematuridad), se han reducido las complicaciones en la madre así como las secuelas en el feto. Con esta intervención prenatal se evita el deterioro ulterior de los nervios y su función, para conseguir la mejora de la marcha y, también, parece mejorar la malformación de Chiari II, la hidrocefalia y, por tanto, el riesgo de deterioro mental.
Dos centros más en el mundo realizan estas intervenciones por vía fetoscòpica; pero el Hospital Vall d'Hebron es el único que está desarrollando una técnica experimental (fetoscopia y parche especial sobre el defecto en la médula del feto) que permite operar antes a las pacientes, en la semana 20 de la gestación, y con resultados preliminares positivos.
El próximo paso será validar estos resultados en otros pacientes y contrastarlos a través de un estudio prospectivo comparativo con los resultados conseguidos con la cirugía fetal abierta, juntamente con el Children's Hospital de Cincinnati, para estandarizar la técnica.