Aunque se han descrito posibles biomarcadores en sangre (la proteína C reactiva, la copeptina y una lipoproteína, entre otros) que permitían conocer con más o menos acierto el pronóstico de un paciente con AIT, actualmente los especialistas no disponen de indicadores fiables para el seguimiento de los pacientes con una analítica sanguínea rutinaria.
En este estudio realizado por científicos de Lleida, en colaboración con Mariona Jové al frente del Servicio de Metabolómica del IRBLleida, se ha analizado la composición de la sangre en 293 pacientes del HUAV que habían tenido una embolia transitoria o AIT. El resultado ha sido el descubrimiento de un patrón de moléculas complejo que diferencia aquellos pacientes que volverán a tener un ictus de los que no lo sufrirán. En este conjunto de compuestos se han podido identificar tres biomarcadores concretos, la lisofosfatidilcolina (16: 0) y la lisofosfatidilcolina (20: 0) que facilitan hacer esta previsión de la evolución clínica de los pacientes con un 65% de exactitud y la lisofosfatidilcolina (22: 6) que se asocia a la existencia de aterosclerosis. Los resultados han sido aceptados para publicarse en breve en la revista internacional Neurology.