Uno de los estudios que se han presentado ha sido el de Clara Bonanad, cardióloga del Hospital Clínico Universitario de Valencia, que muestra que la presencia de fragilidad en los pacientes ancianos con SCA (infarto o angina de pecho) multiplica por tres las probabilidades de volver a padecer un infarto o de mortalidad.
El trabajo analizó a 365 pacientes de más de 65 años que tenían diagnóstico de SCA y estudió la presencia de cinco condiciones geriátricas: fragilidad (disminución de las reservas y resistencia del organismo), discapacidad física, discapacidad instrumental (limitación a la hora de realizar tareas rutinarias), discapacidad cognitiva, comorbilidad (presencia de otras enfermedades).
"Tras analizar a estos pacientes pudimos observar que aunque todas las condiciones geriátricas influyen en la recuperación del paciente con infarto o angina de pecho, el que más influía en su pronóstico era la fragilidad, incluso por encima de la propia edad. Tanto, que podemos afirmar que un paciente que además de sufrir un síndrome coronario agudo también tiene fragilidad tiene hasta tres veces más probabilidades de volver a padecer un infarto o de mortalidad", explica Bonanad.
"En una realidad en la que cada vez hay más pacientes ancianos, estos resultados indican que es imprescindible que los cardiólogos también valoremos las condiciones geriátricas de los pacientes, para poder decidir así, cuál es la mejor estrategia a seguir, tanto en el tratamiento del paciente como en la rehabilitación posterior", concluye la doctora.
El corazón centenario
Por su parte, Manuel Martínez-Sellés, presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología, jefe de la Sección de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón y profesor de la Universidad Europea de Madrid, ha sido el encargado de presentar el estudio 4C (Caracterización Científica del Corazón del Centenario).
El trabajo ha incluido a 118 personas centenarias de las que se ha analizado su corazón. "Poco sabemos de las personas centenarias. Nosotros hemos querido averiguar qué las hace tan longevas, qué características tiene su corazón y así poder arrojar luz sobre los secretos de la longevidad, ya que en el año 2011 existían unos 317.000 centenarios y se calcula que serán más de tres millones en 2050 y más de 17 a finales de siglo", apunta Martínez-Sellés.
Sobre cómo es el corazón de estas personas, los especialistas han podido descubrir que el 45% de los centenarios estudiados considera que tiene un muy buen estado de salud, que más de dos tercios ha seguido un estilo de vida saludable también después de los 65 años y que la patología cardiovascular es más frecuente en hombres que en mujeres.
"Estos sujetos suelen presentar una patología cardiovascular asintomática, por lo que es importante conocer qué tipo de problemas suelen sufrir para evitar complicaciones. Así, una quinta parte de nuestros centenarios sufría fibrilación auricular y la mitad de ellos regurgitación aórtica (reflujo de sangre por una válvula aórtica dilatada o debilitada hacia la cavidad inferior izquierda del corazón), lo que a su vez se asocia con un incremento de la mortalidad", explica el doctor.