El estudio, titulado Cognition and chronic airway flow limitation, que se publicará en breve en el International Journal of Chronic Obstructive Pulmonary Disease, lo ha realizado un equipo de investigadores dirigido por Roberto Dal Negro, del Centro Nacional de Estudios de Farmacoeconomía y Farmacoepidemiología Respiratorio (CESFAR) de Verona y ha investigado la prevalencia y el grado de deterioro cognitivo en pacientes con enfermedad respiratoria crónica de diversa gravedad.
"El estudio ha demostrado que, en comparación con la gravedad del trastorno respiratorio, la disminución de las capacidades cognitivas se ve agravada por el empeoramiento de la condición clínica, de manera que el deterioro cognitivo fue mayor en los pacientes con EPOC (presencia de déficit intelectual completo en más del 45% de los casos) que en el grupo con bronquitis crónica (alrededor del 30%) y, finalmente, en comparación con los fumadores asintomáticos (donde el deterioro cognitivo ya está presente en más de 2% de los casos)", explica el Prof. Dal Negro. "Los resultados también han demostrado que el deterioro cognitivo, además de ser proporcional a la frecuencia y la severidad de la enfermedad respiratoria crónica, empeora con la edad del sujeto. Por lo tanto, se deduce que, por ejemplo, un fumador de ochenta años tiene un mayor déficit cognitivo que uno de ochenta saludable. El fenómeno es aún más llamativo al comparar los pacientes de 50 años: estos presentan un deterioro cognitivo peor que el mostrado en sujetos sanos de 70 años".
El estudio, en el que participaron más de 400 sujetos en 24 meses, es el primero de su clase ya que, para medir el deterioro cognitivo, fueron empleados en los mismos sujetos cuatro pruebas psicométricas diferentes, como el MMSE, TMT A, TMT B y las pruebas de reloj, que han permitido evaluar diferentes dimensiones cognitivas como la memoria, la atención, la representación simbólica, la orientación espacio-temporal y la capacidad de cálculo. Además, el rango de edad de los pacientes involucrados, dividido por décadas, es mucho más amplio que cualquier otro estudio publicado, ya que incluye las personas menores de 40 años y de más de 80.
Los pacientes que participaron fueron divididos en grupos por fenotipo patológico y se evaluó la gravedad de la disfunción respiratoria crónica a través de varios indicadores: índice de masa corporal, tabaquismo, volumen respiratorio máximo en un segundo o FEV1, presión arterial parcial de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre arterial, etc. Los resultados, que se cruzaron con las pruebas psicométricas, se compararon entre grupos con distinta patología y con respecto a sujetos sanos de la misma edad.
"La enfermedad crónica de las vías respiratorias y, en concreto, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que provoca la disminución de las capacidades cognitivas, afecta negativamente a la gestión diaria de esta enfermedad: puede llevar a una menor adherencia al tratamiento y compromete inevitablemente la eficacia global del mismo", asegura Roberto Dal Negro. "Dada la sencillez y la rapidez de medición, es conveniente que la evaluación de la capacidad cognitiva del paciente con enfermedades crónicas (especialmente enfermedades pulmonares obstructivas) entre a formar parte de la rutina diagnostica de este tipo de pacientes. Esto nos permitirá definir las estrategias de intervención más adecuadas, adaptándolas al potencial cognitivo del paciente. Además, dado que este problema tiene por lo general un orígen relacionado con el tabaquismo, es esencial sugerir una suspensión del hábito, ya que esto también favorecerá la salud cerebral".