En esta situación parece plausible la hipótesis de que todos estos factores patogénicos pueden agravar los infartos agudos de miocardio en pacientes con apnea y afectar negativamente en su pronóstico a corto plazo. Sin embargo, los resultados del estudio han echado por tierra esta hipótesis. "Durante un infarto de miocardio agudo, los pacientes con apnea obstructiva del sueño presentan lesiones menos graves en comparación con los pacientes sin apnea", asegura Ferrán Barbé, neumólogo y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Los resultados de este estudio observacional, que es multicéntrico y se ha llevado a cabo en 14 hospitales españoles, sugieren que la apnea no influye en la gravedad ni en el pronóstico a corto plazo en los pacientes con síndrome coronario agudo. "Los datos obtenidos muestran que la gravedad y el pronóstico a corto plazo del síndrome coronario agudo son similares entre pacientes con o sin apnea. Es decir, la estancia en la Unidad de Enfermedades Coronarias, el número de días de ingreso, las complicaciones y la tasa de mortalidad fueron similares en ambos grupos", afirma Barbé. A lo que añade: "aunque cabe destacar que el incremento de vasos afectos en el grupo de pacientes con apnea podría relacionarse con un peor pronóstico a largo plazo".
Según la investigación, el impacto de la apnea obstructiva del sueño en este tipo de pacientes no es relevante para un empeoramiento de su calidad de vida y es por ello que deben de seguir el mismo protocolo de tratamiento. "El análisis de los resultados nos permite afirmar que no existe ninguna evidencia que sugiera la necesidad de realizar un abordaje específico de la apnea en pacientes con síndrome coronario agudo, ya que queda evidenciado que son dos factores de riesgo independientes", asegura Barbé.
Asimismo, otra de las conclusiones que se desprende del estudio es el posible papel protector cardiaco que desarrolla la apnea durante un infarto agudo de miocardio, seguramente producido por el precondicionamento isquémico de este tipo de pacientes. "Los pacientes con apnea presentan menos lesiones cardiacas durante un infarto de miocardio. Los pacientes que sufren estos episodios cardiovasculares y que a la vez padecen un trastorno respiratorio del sueño, leve o moderado, pueden activar mecanismos de adaptación que podrían mejorar la función endotelial y proporcionar protección cardíaca durante un infarto agudo de miocardio", explica Barbé.