El trabajo, que recoge datos desde 2001 hasta 2005, se elaboró con la colaboración de 3.132 inmigrantes de países de renta baja que fueron atendidos en el Centro de Atención Primaria (CAP) Raval Nord, en el distrito de Ciutat Vella, en el casco antiguo de Barcelona. Este es el estudio publicado con una mayor muestra poblacional de pacientes inmigrantes examinados en un centro de atención primaria pública en todo el Estado.
Tal como explica la profesora Esther Esteban, experta en estudios de diversidad humana, «el trabajo quiere identificar factores de riesgo entre las variables demográficas de los inmigrantes (edad, sexo, país de origen, etc.) que puedan ayudar a describir su estado de salud y sean útiles para iniciativas futuras en el ámbito de la asistencia sanitaria». El barrio del Raval, con un alto porcentaje de población inmigrante, es el área urbana de referencia de esta investigación. Según Albert Grau, médico de familia en el CAP Raval Nord, «la idea del estudio era poder incluir a los inmigrantes que eran visitados por primera vez en el CAP, que es el primer nivel de asistencia sanitaria en el barrio».
Los expertos analizan la incidencia y los factores de riesgo en cinco patologías infecciosas (hepatitis B y C, SIDA, sífilis y tuberculosis) en población inmigrante procedente de países de renta baja. En concreto los países más representados en la muestra son el Pakistán, Ecuador, Filipinas, Marruecos, Colombia, Bolivia, Argentina, Bangladesh, Perú y la República Dominicana, entre otros. Tal como explica la médica de familia Olga Hladun, «son enfermedades sin fronteras, se encuentran en todo el mundo, y algunas de ellas son más prevalentes en los países de origen de los inmigrantes (por ejemplo, la tuberculosis). El hecho de no tratar adecuadamente genera un coste elevado, no sólo a los pacientes, sino también a escala social y sanitaria (gastos de medicación, días de hospitalización, etc.)».
Tuberculosis: más años de residencia, mayor incidencia
Según el estudio, los valores de la tuberculosis, aunque no son alarmantes, no disminuyen a medida que hace más años que los inmigrantes residen en el país. Por el contrario, los valores aumentan, tanto en los casos de tuberculosis activa (infecciosa) como latente (asintomática y no contagiosa). Todo apunta a que el progreso de esta enfermedad, muy ligada al estatus socioeconómico, indicaría que las condiciones de vida general (calidad de las viviendas, número de personas viviendo en una sola vivienda, etc.) no acaban de mejorar entre el colectivo inmigrante de este barrio. Según los expertos, se debería insistir más en la vigilancia epidemiológica de la tuberculosis, y siempre independientemente al tiempo de residencia de los inmigrantes en el país.
En el caso de la hepatitis C, los autores sugieren realizar un estudio diagnóstico de la patología en todos los pacientes en los que se hayan detectado niveles altos de transaminasas. El estudio también señala los síntomas gastrointestinales como posible factor de predicción de riesgo de casos de hepatitis B. En cuanto a la incidencia de SIDA, los expertos detallan que los datos obtenidos no son muy representativas porque, históricamente, los pacientes afectados son tratados en la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional Drassanes.
Inmigración y sanidad pública: mitos y realidades
Los expertos también señalan que el grado de uso de los recursos sanitarios de la población inmigrante es similar al de la población local. «Los inmigrantes no hacen un sobreuso de la sanidad pública -remarca Albert Grau-, aunque el acceso al sistema de salud es mucho más fácil aquí que en sus países de origen. En general, los inmigrantes que llegan a nuestras ciudades suelen tener un buen estado de salud en comparación a la población de sus países de origen».
El estudio publicado en Journal of Travel Medicine aporta nuevas herramientas para facilitar la toma de decisiones de los agentes de salud pública y podría extrapolarse a barrios de perfil poblacional similar en ciudades de todo el mundo. Más allá de la diagnosis sobre el estado de salud del colectivo inmigrante en una ciudad europea, el trabajo investigador quiere hacer especial hincapié en el valor de la asistencia primaria como agente de prevención sanitaria. Sería conveniente, además, ofrecer una mejor información a los médicos que dan asistencia a determinados colectivos, y velar por no reducir los recursos económicos destinados a la sanidad pública del país, alertan los expertos.
Artículo consultable en: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jtm.12083/abstract