Posicionamiento
En los últimos meses ha aumentado la presencia y comercialización de cigarrillos electrónicos (dispositivos electrónicos de vaporización de nicotina u otras sustancias con forma de cigarrillo) en nuestro medio. Además de la posibilidad de compra por internet, diferentes establecimientos especializados están ofreciendo estos dispositivos, utilizando mensajes contradictorios o poco con¬trastados sobre su seguridad, la reducción del riesgo en comparación con los cigarrillos, su utili¬dad como método para reducir el consumo de tabaco o dejar de fumar y la posibilidad de usar en lugares donde está prohibido fumar según la legislación vigente.
El uso de cigarrillos electrónicos en espacios donde está prohibido fumar puede causar confusión debido a su semejanza con los cigarrillos tradicionales, la emisión de “vapor” similar al humo ambiental de tabaco y puede compro¬meter la “desnormalización” del consumo del tabaco conseguida en la última década gracias a las diferentes medidas de control del tabaco.
Debido a que la aparición de los cigarrillos electrónicos es reciente, no hay suficiente evidencia científica concluyente a favor o en contra del uso de estos dispositivos:
• Estudios preliminares indican que los cigarrillos electrónicos son probablemente menos tóxicos que los cigarrillos convencionales, pero todavía no hay evidencias de su utilidad como posible es¬trategia de reducción de daños.
• A pesar de su creciente uso, no se dispone de evidencias científicas sobre su eficacia como mé¬todo para dejar de fumar. Actualmente se están llevando a cabo ensayos clínicos controlados.
• No existen evidencias concluyentes a favor o en contra de la seguridad de su uso, especialmente a largo plazo, ni los potenciales efectos de la exposición pasiva a los aerosoles generados por los cigarrillos electrónicos.
• Los líquidos utilizados en estos dispositivos no están regulados. Por este motivo hay mucha vari¬abilidad en el contenido de estos líquidos entre diferentes marcas y dentro de la misma marca. Por lo tanto, actualmente no se puede garantizar a los consumidores que algunos líquidos puedan contener impurezas o tóxicos no identificados en el etiquetado.
Por todo ello, y por el vacío legal que existe en este momento, la Xarxa Catalana d'Hospitals sense Fum y de la Xarxa d'Atenció Primària sense Fum recomiendan que los hospitales, centros de salud y otros centros sanitarios:
• Prohíban por normativa propia de régimen interno el uso de cigarrillos electrónicos en sus de¬pendencias, tanto en los lugares cerrados (edificios) como en su recinto al aire libre, de forma similar al establecido en el actual normativa (ley 42/2010) de medidas sanitarias de control del tabaquismo para los productos del tabaco.
• Prohíban por normativa propia de régimen interno la venta, promoción o publicidad de estos dis¬positivos en sus dependencias, de forma similar al establecido en el actual normativa (ley 42/2010) de medidas sanitarias de control del tabaquismo para los productos del tabaco.